Hitler y Mussolini: 17 encuentros que hicieron temblar al mundo
El Führer y el Duce se reunieron varias veces a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de ir sentando los pasos y el rumbo que seguirían la contienda
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Adolf Hitler veía en Benito Mussolini un espejo, y viceversa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Führer y el Duce manifestaron varios encuentros en los que se hacía patente la simpatía entre ambos, la conexión política entre es fascismo italiano y el nazismo, así como sus objetivos de hacerse con el control de Europa. A lo largo de la contienda, se produjeron 17 fotografías en las que se retrataron las reuniones de ambos dictadores, produciéndose una de ellas un día como hoy de 1942, en el palacio de Klessheim.
Aquel 29 de abril el planeta se encontraba sumergido en plena guerra, y ambos líderes se encontraron en este lugar austríaco, que el Führer solía utilizar para conferencias y para alojar a sus principales huéspedes. Fue el caso tanto de Mussolini como del sacerdote aliado al régimen nazi Jozef Tiso, o el líder rumano Ion Antonescu. De hecho, fue desde allí donde Hitler dio la orden de poner en marcha la Operación Margarethe, que contemplaba la ocupación de Hungría y la deportación de los judíos al campo de concentración de Auschwitz.
De las 17 ocasiones en que Mussolini y Hitler se encontraron para comentar o planear el curso de la contienda, la primera tuvo lugar en Venecia, en 1934. Se trató de una visita de Estado, durante dos días, más por la foto que por otro asunto, siendo la reunión más clave la que se produjo el 3 de mayo en 1938. En esta ocasión, el Führer permaneció en Roma durante 7 días, así como visitó Florencia o Nápoles. De esta manera, comenzaban a producirse una serie El tercer encuentro, de nuevo en Italia, en Brennero, cerca de la frontera con Austria: allí gestionaron futuras operaciones militares en Europa, así como se solidificó la implicación italiana en la Segunda Guerra Mundial.
A continuación, volvieron a encontrarse para plantear la situación de Francia, España y el futuro de las relaciones con la URSS, de Iósif Stalin. Especialmente, destacó el octavo encuentro, cuando ambos se volvieron a ver en Brennero, el 2 de junio de 1941, y analizaron la situación española. Un año ante, el 23 de octubre de 1940, Hitler ya se había entrevistado con Francisco Franco en Hendaya, al sur de Francia, para tantear una posible entrada de nuestro país en la guerra. No obstante, y por suerte, España consiguió quedarse a un lado del Eje, pues Hitler consideró desorbitadas las exigencias españolas: la devolución de Gibraltar, la cesión del Marruecos francés y de una parte de la Argelia francesa, así como el Camerún francés, entre otras cosas.
En 1943, durante el comienzo del fin de la contienda, Hitler y Mussolini volvieron a tener un encuentro, aunque esta vez tomando un camino diferente: el Führer tuvo que convencer al Duce de no romper el Pacto Roma-Berlín, es decir, el que se hizo entre Alemania, Japón, Italia y otros países de cara al conflicto. No obstante, la invasión a Sicilia hizo que los italianos firmasen un armisticio con los aliados, de manera que el gobierno fascista abandonó el pacto, aún manteniéndose del lado de Hitler hasta la caída del régimen nazi.