Historia

Toma de la Bastilla: “No es una rebelión, señor, es una revolución”

Se cumplen 233 años desde que se produjera en París la Toma de la Bastilla, símbolo de la Revolución Francesa y que hoy se sigue conmemorando con la celebración del Día Nacional de Francia

En el centro de esta pintura, obra de Jean-Pierre Houël, se aprecia el arresto del marqués de Launay
En el centro de esta pintura, obra de Jean-Pierre Houël, se aprecia el arresto del marqués de LaunayBibliothèque Nationale de France

La principal diferencia entre “rebelión” y “revolución” reside en el nivel intelectual del cambio que se persigue. Mientras que la rebelión representa el movimiento, la revolución comienza por una idea, y busca un cambio social fundamental en la estructura de poder, generalmente de manera violenta y desde el pueblo. Es por ello que, cuando Luis XVI despertó en el Palacio de Versalles un 15 de julio de 1789 y preguntó al duque de Rochefoucauld-Liancourt si se trataba de una rebelión, él le respondió: “No, señor, no es una rebelión, es una revolución”. Se refería a lo ocurrido el día de antes, hace hoy 233 años, una jornada histórica que supuso el pistoletazo de salida de la Revolución Francesa y, por tanto, de una nueva era de libertad.

El pueblo de Francia no decidió tomar armas de la noche a la mañana, sino que, como todo acontecimiento histórico, tuvo su propio proceso, sus motivos y su detonante. Especialmente en París reinaba un gran clima de malestar y miedo, consecuencia de las malas cosechas, que provocaron grandes problemas de subsistencias y aumentaron los índices de pobreza. Al mismo tiempo, el rey estaba movilizando las tropas en torno a la capital con orden de ocuparla, de manera que las tensiones eran cada vez más elevadas. Y lo que finalmente llevó a la movilización fue la destitución de Jacques Necker.Luis XVI, bajo consejo de los nobles que formaban su cámara personal, cesó a su ministro de finanzas, lo que fue tomado por parte de los parisinos como una clara prueba de que se había producido un golpe de Estado por la parte más conservadora de la Corte.

El "Retrato de Luis XVI", de Antoine-François Callet, forma parte de la colección del Museo del Prado
El "Retrato de Luis XVI", de Antoine-François Callet, forma parte de la colección del Museo del Pradolarazon

El día clave

Con esto, el 12 de julio comenzaron a verse por París numerosas concentraciones, que llevaban por bandera conceptos como “libertad”, “nación”, “tercer Estado”, “constitución”... y desfilaron en una manifestación multitudinaria, con el busto de Necker cubierto con un velo. En este ministro habían depositado sus esperanzas y, al ver que de repente se las habían arrebatado, no vieron otro camino que el de reaccionar. Y así llegaron a la jornada clave, al punto de inflexión e inicio de la Revolución Francesa, y por la que aún hoy se celebra -desde 1880- el Día Nacional de Francia: el 14 de julio de 1789 se produjo la Toma de la Bastilla.

"La libertad guiando al pueblo", de Eugène Delacroix
"La libertad guiando al pueblo", de Eugène DelacroixWikipediaWikipedia

A las 10 de la mañana de aquel día, unos 100.000 franceses invadieron el Hotel de los Inválidos, hospital militar al oeste de París donde se habían depositado 30.000 fusiles. Se los llevaron todos, bajo la impasible mirada de los guardias, junto con 12 cañones, y pusieron rumbo a la Fortaleza de la Bastilla, en el otro extremo de la ciudad, para hacerse con pólvora. Pasadas las 5 de la tarde, el gobernador Launay abrió las puertas, lo que supuso una rendición que fue tomada de inmediato como una victoria para el pueblo, un hito heroico que se convertiría en el símbolo principal del triunfo de la Revolución, así como el origen de una época de bienestar y libertad, que concluiría con el fin de la monarquía de Luis XVI y la redacción de la primera Constitución democrática.