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Cuando el corsario Francis Drake trató de conquistar Las Palmas para Inglaterra y fracasó

El 6 de octubre de 1595 se produjo el intento de asalto de las Canarias por parte de la flota inglesa en el marco de una apasionante guerra naval entre naciones que terminó con la muerte de los dos corsarios más famosos: Drake y Hawkins
La Razón
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  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Se trataba de nada menos que la hegemonía mundial. A un lado, el mayor Imperio conocido, la España de Felipe II donde nunca se ponía el sol. Del otro, Isabel I de Inglaterra, por la que el monarca español sentía una antipatía casi tribal. De fondo, una guerra entre ambas naciones que duraría casi veinte años (1585 - 1604) y en la que habría sonados fracasos del lado español, como el de la Armada Invencible, y también victorias que desembocaron en una tratado de paz favorable al rey católico. Durante esos años, las escaramuzas se sucedían y dos corsarios al servicio de los ingleses obtuvieron fama gracias a sus rápidas acciones de ataque por sorpresa y huida rápida que provocaban múltiples quebraderos de cabeza a la flota española. Sus nombres infundían terror. Eran los piratas Francis Drake y John Hawkins, quienes, el 6 de octubre de 1595 decidieron atacar Las Palmas de Gran Canaria para conquistar las islas en favor de la corona británica.
Después de una década de guerra y a pesar del sonado fracaso de la “Felicísima Armada”, la guerra iba decantándose del lado español. La guerra de desgaste favorecía claramente al ejército más poderoso y los ingleses no habían logrado conquistar ninguna posición al enemigo. Drake propuso una acción sobre Panamá que trataría de establecer una colonia en pleno imperio español. Seis galeones y otras embarcaciones menores llevaban a bordo casi 3.000 soldados y 1.500 marinos, el mayor contingente que los ingleses habían mandado para atacar el Caribe español. Sin embargo, al poco de partir, la falta de víveres y de agua potable hace a los ingleses replantearse la misión. Drake propone atacar Gran Canaria aunque eso suponga aplazar la misión en Panamá. Aseguran que pueden tomar la isla en pocas horas y obtener una victoria que insufle energías a los ingleses y la conquista de una plaza estratégica.
Al amanecer del 6 de octubre, los vigilantes del Gobernador Alonso del Alvarado dieron la voz de alarma. Se aproximaban embarcaciones enemigas. Desplegaron la artillería en el La Isleta y el Castillo de Nuestra Señora de la Luz. Mientras al menos 15 buques ingleses lanzaban su artillería contra el Castillo, unas 47 barcazas desembarcaban en la playa a medio millar de soldados. Sin embargo, los arcabuceros de Baltasar de Armas repelieron el desembarco y mataron unos 40 enemigos. Al cabo de una hora y media, los ingleses solo habían conseguido daños en sus buques, la pérdida de cuatro barcazas y apenas habían causado alguna pérdida en las defensas. Habían impedido el desembarco, pero los ingleses no se iban a retirar sin más.
El convoy atacante se retiró pero seguía teniendo el problema de abastecimiento. Al día siguiente, una embarcación británica trataba de acceder a la isla por la parte deshabitada de Arguineguín tratando de realizar una incursión sorpresa y obtener víveres. Sin embargo, Alonso Alvarado estaba prevenido y sus hombres, ayudados por algunos campesinos locales, acabaron con la vida de los exploradores e hicieron dos prisioneros. Así descubrieron que detrás de la misión estaban los mismísimos Drake y Hawkins. Los corsarios, al ver este nuevo fracaso, navegaron hacia La Gomera, donde sí pudieron reabastecerse. Pero sería la última vez que los piratas más famosos de todos los mares verían las islas Canarias. Su siguiente paso fue un ataque a San Juan (Puerto Rico) apenas un mes después. Allí, Hawkins enfermó de fiebres y falleció el 22 de noviembre. Drake siguió sembrando el terror, pero por poco tiempo: contrajo la disentería y falleció frente a las costas de Portobelo (Panamá) el 28 de enero de 1596, apenas dos meses después.