Mujeres que marcaron su tiempo

María Bernaldo de Quirós, la pionera de los cielos españoles

Esta mujer se convirtió, durante 1928, en la primera piloto femenina de nuestra Historia, hito que la convirtió en “Miss Golondrina”

Bernaldo de Quirós también fue la primera persona en aterrizar en el hipódromo de Lasarte
Bernaldo de Quirós también fue la primera persona en aterrizar en el hipódromo de LasarteRAH

De origen llanisco, en esta asturiana se despertó su amor hacia la aviación algo tarde, pero no por eso menos profundo, amor que marcará el resto de su vida durante la que, a pesar de la consideración que las mujeres pudieran tener en ese campo, María Bernaldo de Quirós no se rendirá ni desistirá nunca en su sueño hasta convertirse en la primera mujer piloto de España. Su llamada por la aviación fue más bien espontánea e intensa, tanto, que, gracias a sus esfuerzos, logró inscribirse en el Real Aero Club de España, donde comienza a recibir la formación en el aeródromo militar de Getafe, uno de los más importantes de la Península. Consiguió superar los exámenes físicos e intelectuales. De esta manera, se le permitió acceder al curso de piloto, en el cual desarrolló una bonita relación con su profesor, quien, por cierto, con anterioridad había afirmado que las mujeres presentaban muchas dificultades para la carrera aeronáutica y, sin embargo, terminó por reconocer en María a una «alumna excepcional», permitiéndole incluso realizar su primer vuelo en solitario.

Unos meses después, gracias a sus esfuerzos, logrará superar el examen de piloto civil, concedido por la Federación Aeronáutica Internacional, logrando así ser la primera mujer piloto de la Historia de España en 1928, tan solo siete años después del primer hombre español. Para conmemorar el acontecimiento realizó a petición de la revista Motoavión un vuelo desde Getafe hasta Chinchón.

También se dedicó a escribir, una forma de defender la capacidad de las mujeres para volar. Fue contratada por la empresa británica De Havilland, con la que pudo realizar viajes privados en avioneta, algo que ella desde el principio promocionaba, incluso animaba al gobierno a ello. A partir de entonces, viajó por varias ciudades (San Sebastián, Vigo, Sevilla, Oviedo...) a distintos actos conmemorativos y competiciones donde patrocinaba su empresa y su avioneta. Por aquel entonces, el Real Aero Club se negó a admitirla como miembro, aunque sabemos que más de la mitad de los socios pidieron que sí lo hicieran. Como vemos, gracias a su agradable personalidad logró hacer muchos amigos aviadores, quienes la apodaron cariñosamente «Miss Golondrina».

Triste vida personal

Al poco tiempo consiguió una avioneta nueva, propiedad de Aviación Naval. Así pasaron los años de María, yendo y viniendo de una ciudad a otra, realizando varias actividades siendo singular, por ejemplo, la caza de la avutarda (se la perseguía en la avioneta para cansarla e impedir que reposara) e incluso llegó a instruir a algunos futuros aspirantes a piloto. Iniciada la Guerra Civil, transportó algún cargamento, pero brevemente, pues decidirá retirase a su hogar. Al terminar la guerra se establece en Madrid, donde vivirá hasta su muerte en 1983.

Su vida personal fue triste: contrajo matrimonio con su primo, III Marqués de Argüelles, con quien tuvo dos hijos, una niña que murió a los 8 meses y un hijo que morirá a los 2 años. Años más tarde, se casará con el alcalde de Ciudad Rodrigo. Una de sus aficiones favoritas fue la costumbre del Real Aero Club, los llamados «bautismos aéreos», concedidos a entusiastas de la aviación, es decir, volar por primera vez. Al principio, esto supuso para María una desilusión, pues veía que no había hombres que quisieran volar con ella, pero pronto esa tristeza se disipó al darse cuenta del éxito que tenía entre el público femenino, que, a su vez, pronto conquistará al masculino. En su carrera destacan los variados viajes por España; en ellos realizaba vistosas acrobacias para deleitar al público. Además, en ella encontramos un suceso interesante: fue la primera persona en aterrizar en el hipódromo de Lasarte (San Sebastián), porque no existían en la región zonas de aterrizaje oficiales. Realmente, su vida está llena de anécdotas.

Muchas personas de la época seguramente desaprobarían que María ejerciera una profesión «masculina» haciéndose de ella una idea equivocada, idea que se disipaba al conocerla, ya que sus contemporáneos nos atestiguan que María era todo lo contrario a lo que se esperaban. Llena de simpatía y belleza, iba enamorando por donde pasaba. Viendo su gran dedicación y perseverancia deducimos que era valiente y que, además de ser inteligente y coqueta, le interesaba mucho la moda, pues siempre vestía a la última. Era valorada, querida y gracias a la fama que fue alcanzando, llegó a conocer a personalidades de la época. A pesar de no tener una larga carrera, y gracias a su iniciativa, logró inspirar al resto de mujeres españolas.