Llega a Madrid, pero sin maldiciones, la tutankamonmanía
El mundo audiovisual se pone al servicio de Nacho Ares, comisario de esta experiencia inmersiva, para proponer un viaje por la tumba (y alrededores) del faraón
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Lord Carnavon le preguntó a Howard Carter si podía ver algo en mitad de toda aquella arena del desierto. Y el arqueólogo dijo que sí, que por supuesto. Tenía ante él «cosas maravillosas», dijo. Unas palabras que nos llevan al libro que acaba de publicar Nacho Ares con Debolsillo sobre los cien años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón. Un tesoro que supone para el escritor «uno de los temas más fascinantes de la egiptología». Tanto que, en un siglo, apenas se han logrado avances en el conocimiento del faraón para disfrute de la imaginación. Desde que Carter quitase la «tapa» hasta hoy son pocos los pasos que se han dado hacia adelante.
Porque para hablar de la historia de Egipto hay que asumir el fracaso primero. Es tanto y tan inmenso, y está tan enterrado y tan lejos en el tiempo, que solo el hecho de pretender el conocimiento al dedillo de lo que pasaba por esos lares se antoja como un imposible. Pero es precisamente ese halo de dificultad y de vacío el que impulsa, al mismo tiempo, a la fascinación. Igual que lo prohibido hace de imán en el día a día, lo desconocido también atrapa. Se dispara la imaginación y se amplían las posibilidades, por complejas que sean. Y será por ello que la egiptomanía, como también ocurre con los dinosaurios, siempre dispone de un tirón especial.
Solo en Madrid, en lo que va de año, se han podido visitar dos exposiciones que bien merecen la pena: Momias de Egipto (recién terminada en CaixaForum) e Hijas del Nilo (todavía en el Palacio de las Alhajas). Pero las filias y las fobias son eternas y en la egiptomanía no iba a ser menos. Entre todos los faraones es el de Tutankamón un nombre que sobresale siempre que se habla del tema. Uno de esos que aprendemos de pequeño junto a los de Nefertiti, Cleopatra, Ramsés..., y que se podrá saber más o menos sobre él, pero que nunca se olvida.
Pues bien, el faraón es el centro de la nueva exposición-experiencia inmersiva que se propone en la capital, en la Nave 16 del Matadero: un recorrido que lleva al visitante al antiguo Egipto a través de lo digital. Tablets, gafas de realidad virtual, proyecciones, fotomatones, recreaciones, objetos reales... El mundo audiovisual se pone al servicio de Ares, comisario, para proponer un viaje por la tumba (y alrededores) de Tutankamón. Incluso se podrá salir del sarcófago del faraón, «pero sin maldiciones», decía riendo, ayer, una de las vigilantes de sala.
- Dónde: Nave 16 del Matadero, Madrid. Cuándo: desde hoy. Cuánto: desde 9 euros.