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¿Qué es la Gran Hungría que reivindica Viktor Orban y que ha provocado un conflicto internacional?

Tras la derrota de Austria-Hungría en la I Guerra Mundial el imperio fue desmembrado: perdió el 70% de su territorio y tres millones de húngaros quedaron fuera de las nuevas fronteras
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La historia de Europa tras la Segunda Guerra Mundial está llena de silencios, de acuerdos tácitos para no despertar viejos fantasmas, de identidades sepultadas bajo el mapa de las derrotas en la Gran Guerra que acabaron con los grandes imperios. Durante buena parte del siglo pasado esos silencios siguieron así, había heridas aún demasiado recientes, millones de muertos en los dos grandes conflictos que asolaron el Viejo Continente... Sin embargo, tras la caída del Muro de Berlín, la reunificación de Alemania y la desintegración de la Unión Soviética y el bloque del Telón de Acero, poco a poco se han ido alzando voces recordando tiempos mejores pasados y esas heridas mal cerradas han empezado a supurar.
Uno de esos mitos es el que ha resucitado hoy el presidente húngaro Viktor Orban, apareciendo en un partido de fútbol de la selección nacional con una bufanda en la que se vio un mapa de la “Gran Hungría”, en el que se incluyen partes de otros estados, como Rumanía o la propia Ucrania.
“La promoción de ideas revisionistas en Hungría no contribuye al desarrollo de las relaciones ucraniano-húngaras”, ha criticado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, quien ha tildado el hecho de “inaceptable”.
“Estamos esperando una disculpa oficial de la parte húngara y una refutación de las usurpaciones de la integridad territorial de Ucrania”, ha reclamado Nikolenko.
El gesto de Orban también ha sido criticado en Rumanía, otro de los estados de los que esa “Gran Hungría” toma territorios. El eurodiputado Alin Mituta ha dicho que el gesto “irresponsable” y “revisionista” de Orbán le sitúa “al lado” del presidente ruso, Vladimir Putin, quien también “sueña” con cambiar las fronteras.
Pero, qué es la “Gran Hungría” a la que apela Orban. Tras la I Guerra Mundial, el viejo Imperio de Austria-Hungría fue desmenbrado por las potencias vencedoras, Francio y Reino Unido fundamentalmente, lo cual se materializó en la firma el 4 de junio de 1920 del tratado de Trianón, por el que Hungría pierde unos dos tercios de su territorio y población (mayoritarios en muchos distritos y municipios fronterizos).
Se perdió, en primera instancia tras el fin de la guerra, parte de Transilvania, al sur del río Maros y al este del río Szamos, que pasó a Rumanía; Croacia-Eslavonia, Voivodina y Bosnia y Herzegovina, que se unieron en el recién establecido Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, junto con las ciudades de Pécs, Mohács, Baja y Szigetvár; Eslovaquia, que llegó a ser parte de Checoslovaquia; Fiume, perdido en el tratado de paz, el único puerto húngaro; y la ciudad de Rijeka.
Además, tras la firma del tratado de Trianón, se perdió también el resto de Transilvania, que pasó a Rumanía; Rutenia, que pasó a Checoslovaquia, conforme al Tratado de Saint-Germain de 1919; la mayor parte de Burgenland, que llegó a ser parte del nuevo Estado de Austria; Međimurje y Prekmurje, que llegaron a ser parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Además, las ciudades de Pécs, Mohács, Baja y Szigetvár, temporalmente bajo administración yugoslava, pasaron a Hungría. Un comité asignó pequeñas partes del norte de los antiguos distritos Árva y Szepes a Polonia, puesto que ahí vivía una mayoría de población polaca.
En total, de un territorio en vísperas de la guerra mundial de 325 000 kilómetros cuadrados, el nuevo Estado independiente sólo conservaba 93.036, mientras que Rumanía obtuvo 103.093, Checoslovaquia 61.633, Yugoslavia 63.092 e Italia, Austria y Polonia porciones menores. La Hungría de más de 20 millones se convirtió en un pequeño país de menos de 8 millones, la Hungría que conocemos hoy.
La opinión pública húngara piensa que el Tratado de Trianon no fue la solución justa para las nacionalidades que vivían bajo la monarquía austrohúngara, especialmente para los húngaros. En la opinión de los irredentistas, Hungría fue despojada del 70% de su territorio oficial que dominó durante casi un milenio, desde la fundación del Estado cristiano.
El mapa de la “Gran Hungría” incluye partes de la actual Austria, Eslovaquia, Rumanía, Croacia, Serbia y Ucrania que pertenecieron al Reino de Hungría.
Las organizaciones irredentistas que apelan a este concepto quieren cambiar las fronteras y crear una Gran Hungría: exigen la devolución de territorios de Austria (la región de Burgenland), las dos terceras partes de Croacia, Serbia (la región de Voivodina), Rumania (la región de Transilvania) y Eslovaquia (el país entero).