500 años de la victoria española en Pavía, la batalla en la que los arcabuceros españoles aplastaron a la caballería francesa y cambió el modo de hacer la guerra
El emperador Carlos V le ganó la partida al rey de Francia, Francisco I, que fue capturado, y abrió a la Monarquía Hispánica las puertas del dominio de Italia


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El 24 de febrero de 1525 tuvo lugar la batalla de Pavía, un enfrentamiento decisivo que cambió el curso de la política europea y marcó el inicio de la hegemonía española en Italia. Este evento histórico no solo resultó en la captura del rey Francisco I de Francia, sino que también cimentó las bases para la supremacía militar y estratégica de España durante el siglo XVI.
Italia: un tablero geopolítico en el siglo XVI
A finales del siglo XV, Italia se convirtió en un escenario clave de conflictos europeos. Dividida en múltiples estados como el Ducado de Milán, el Reino de Nápoles, Venecia y los Estados Pontificios, su riqueza económica y posición estratégica la hacían objeto de disputas entre potencias como Francia, España y el Sacro Imperio Romano Germánico.
Francia, bajo Carlos VIII y posteriormente Francisco I, buscaba consolidar su dominio en Italia. España, gobernada por Carlos I (más tarde Carlos V del Sacro Imperio), veía en Italia una región clave para asegurar sus rutas comerciales y su posición en Europa.
El estallido del conflicto
En 1524, Francisco I de Francia inició una campaña para recuperar el control del Ducado de Milán, perdido tras la batalla de Bicoca (1522). Tras conquistar gran parte del territorio, las tropas francesas sitiaron la ciudad de Pavía, defendida por las fuerzas imperiales al mando de Antonio de Leyva. La batalla de Pavía fue el enfrentamiento culminante de esta campaña.
Desarrollo de la Batalla de Pavía
Las Fuerzas Enfrentadas
Ejército francés:
- Composición: Aproximadamente 20,000 hombres, incluyendo caballería pesada, infantería suiza y artillería avanzada.
- Liderazgo: Dirigido personalmente por Francisco I, quien confiaba en la superioridad de sus mercenarios suizos y la potencia de su artillería.
Ejército Español-Imperial:
- Composición: Unos 23,000 hombres, que incluían infantería española, caballería ligera y piqueros alemanes.
- Liderazgo: Bajo el mando de Fernando de Ávalos, marqués de Pescara, y Carlos de Lannoy, virrey de Nápoles, con Antonio de Leyva defendiendo la ciudad.
La estrategia de la victoria
El ataque sorpresa:
En la madrugada del 24 de febrero, el ejército imperial lanzó un ataque sorpresa. Las tropas aliadas atravesaron las defensas francesas, causando caos entre los mercenarios suizos y bloqueando la artillería enemiga.
Uso estratégico de los arcabuceros:
Los arcabuceros españoles desempeñaron un papel clave al hostigar a la caballería pesada francesa. Esta innovación, que combinaba armas de fuego con tácticas de infantería, neutralizó la ventaja de la caballería enemiga.
La captura de Francisco I:
El momento culminante de la batalla llegó cuando Francisco I, liderando un ataque con su caballería, fue rodeado y capturado. Su rendición puso fin al enfrentamiento, sellando la victoria de los aliados.
Los arcabuceros: un cambio de paradigma
La batalla de Pavía es recordada como el primer gran enfrentamiento en el que las armas de fuego portátiles jugaron un papel decisivo. Los arcabuceros españoles representaban una innovación táctica que transformaría la guerra europea.
Ventajas del arcabuz:
- Poder destructivo contra caballería y formaciones cerradas.
- Posibilidad de hostigar al enemigo desde posiciones seguras.
Integración con Piqueros:
Los arcabuceros trabajaron en coordinación con los piqueros para formar unidades defensivas y ofensivas, un concepto que sería perfeccionado más tarde por los Tercios.
La formación de los Tercios
La experiencia acumulada en batallas como Pavía llevó al desarrollo de los Tercios españoles, unidades militares altamente disciplinadas que combinaron infantería armada con picas y arcabuces. Estas formaciones dominaron los campos de batalla europeos durante más de un siglo.
Consecuencias políticas y estratégicas de Pavía
Tratado de Madrid (1526)
Tras la captura de Francisco I, este fue obligado a firmar el Tratado de Madrid, en el que renunciaba a sus reclamaciones sobre Italia y cedía territorios clave a Carlos V. Aunque Francisco I renegó del tratado, la batalla consolidó la posición de España como la principal potencia en Italia.
Consolidación de la hegemonía española
La victoria en Pavía permitió a España establecer un control duradero sobre los territorios italianos, incluyendo Milán y Nápoles. Este dominio se mantuvo hasta el siglo XVIII, influyendo profundamente en la política, economía y cultura de Italia.
La presencia española en Italia: un legado duradero
La interacción entre España e Italia durante los siglos XVI y XVII dio lugar a un intercambio cultural significativo. Artistas italianos como Tiziano trabajaron para la corte española, mientras que el estilo renacentista influyó en la arquitectura y el arte español.
El control de regiones ricas como Milán y Nápoles fortaleció la economía española, aunque también representó un desafío logístico y financiero, especialmente durante los periodos de revueltas y conflictos.
Un antes y un después
La batalla de Pavía marcó un antes y un después en la historia militar y política de Europa. Desde la perspectiva militar, introdujo innovaciones tácticas y estratégicas que transformaron la guerra en el continente. Desde el punto de vista político, estableció la hegemonía española en Italia, dejando un legado que perduraría durante siglos. A 500 años de este evento, su importancia sigue siendo un testimonio del ingenio militar y la ambición política de la España de los Habsburgo.