11 de agosto de 1936
Blas Infante, el "padre de la patria andaluza" y su trágico final hace 88 años
El notario de Casares fue fusilado en la carretera de Sevilla a Carmona durante la madrugada del 11 de agosto de 1936
Blas Infante nació el 5 de julio de 1885 en la coqueta y menuda localidad de Casares, en las faldas de los montes que se bañan en el Mediterráneo y que separan la Costa del Sol del Campo de Gibraltar. Su vida acabó el 11 de agosto de 1936, tal día como hoy de hace 88 años, de la peor manera posible: fusilado, víctima de la Guerra Civil y de la feroz represión ejercida por Queipo de Llano en la Baja Andalucía.
Infante, notario de profesión, tiene el título honorífico (recogido en los estatutos de la Junta de Andalucía) de "padre de la patria andaluza". Para muchos andaluces un precursor, un hombre de principios y un personaje fundamental en la historia de Andalucía, y para otros un majadero. Pero ¿quién fue realmente Blas Infante?
Estudió Derecho en la Universidad de Granada y ejerció la notaría en diferentes localidades andaluzas, entre ellas la patria del cantonalista Roque Barcia, Isla Cristina.
Comprometido con la causa de los más desfavorecidos ("Yo tengo clavada en la conciencia desde la infancia la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo"), y partidario de una España federal, Infante sentó las bases para la posterior autonomía de Andalucía; que, como las llamadas "nacionalidades históricas" (Cataluña, País Vasco y Galicia), Andalucía obtuvo por la vía rápida, la del artículo 151 de la constitución.
Creador o diseñador de la actual bandera andaluza, la verde, blanca y verde, inspirada, según dicen, en los colores de los almohades. Y es que el notario de Casares revindicó fervientemente el pasado musulmán de Andalucía.
También compuso el himno actual de la autonomía andaluza: "Sea por Andalucía libre, España y la humanidad".
Se especula con la conversión al Islam del "padre de la patria andaluza" en el ocaso vital. Dicen que un viaje o peregrinación a la tumba del Rey Al-Mutamid, regidor y poeta de la taifa sevillana, le cambió la vida.
Sus últimos años de vida los pasó en una casa de estilo árabe que se construyó en Coria del Río, localidad sevillana donde ejercía la notaría.
Apresado a comienzos de la Guerra Civil, por orden de Gonzalo Queipo de Llano, fue fusilado la madrugada del 11 de agosto de 1936 en el kilómetro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona, donde hoy un busto lo recuerda, y políticos de toda laya peregrinan en dicha fecha para rendir pleitesía a Blas Infante.
Su cuerpo, dicen, se encuentra en la fosa común de Pico de Reja, la más grande de España. "Mi patriotismo, antes que andaluz es humano", dejó dicho.
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