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Cómo la Revolución francesa se adjudicó un eslogan cristiano para su revuelta: "Liberté, égalité, fraternité"

La revuelta supuso un cambio histórico tanto en Francia como en Europa que dura hasta nuestros días y en la que se puso fin a la monarquía
La Revolución Francesa marcó un antes y un después en la historia de Francia y el resto del mundo y convirtió a los súbditos en ciudadanos con derechosLa RazónErich Lessing Culture and Fine A
  • Antonio Añover Ortiz. Manchego de Quintanar de la Orden (Toledo). Estudié Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Inicié mi carrera en La Razón, y tras pasar por Negocios TV, volví a este periódico. Actualmente soy redactor de la edición digital y escribo artículos SEO y de actualidad, mayormente sobre temas internacionales. A veces también hago entrevistas.

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La Revolución francesa es uno de los episodios más famosos de la historia contemporánea. Marcó un antes y un después en Francia, con una revuelta social y política que puso fin a la monarquía y estableció la Primera República Francesa, culminando con el ascenso de Napoleón Bonaparte al poder. Más allá de símbolos como el reflejado en el famoso cuadro de Delacroix, este periodo dejó uno de los lemas más conocidos: "Liberté, égalité, fraternité" (que en castellano significa Libertad, Igualdad y Fraternidad), un emblema que dura hasta nuestros días y cuyo origen, aunque pocos lo sepan, era cristiano.
A finales del siglo XVIII, Francia atravesaba una dura crisis financiera, causada por la enorme deuda del país y el incesante gasto de la monarquía en conflictos con Inglaterra. El descontento con el rey, Luis XVI, era inmenso, y se agrandó tras una polémica decisión: la de despedir a Jacques Necker.
El entonces ministro de Finanzas se había mostrado favorable de incrementar los ingresos del pueblo llano, bastante perjudicado durante años, en una asamblea general convocada de forma extraordinaria por el monarca con los representantes del clero, la nobleza y el tercer estado.
Tanto el clero como la nobleza no aceptaban ese reparto, consideraban que salían perjudicados, y ante esta presión, Luis XVI decidió cesar a Necker el 11 de julio de 1789. Su salida incendió, literalmente, las calles de París, pues los franceses salieron a protestar por el despido del "único ministro patriota". Las autoridades disparaban con fuerza las multitudes de protestantes, lo que les irritaba más aún, hasta que el 14 de julio de aquel año, los revolucionarios decidieron tomar las armas y se dirigieron a la fortaleza de la Bastilla.
La revuelta puso fin al Antiguo Régimen y fue presentada como una situación en la que el pensamiento racional prevalecía y estaba en contraste con el oscurantismo religioso. Pocas cosas están más asociadas a Francia que esta revolución, así como su bandera tricolor, o el eslogan que se popularizó, el de "Liberté, égalité, fraternité". Irónicamente, esta triada de libertad, igualdad y fraternidad que se convirtió en un lema oficial de una revolución contra la religión, tuvo su origen en el cristianismo.
El origen de este lema procede de Aventuras de Telémaco (1699), libro de François de Salignac de la Mothe. Este teólogo católico, poeta y escritor francés es recordado por este libro, que supuso un escabroso ataque a la monarquía francesa y en la que hace una fuerte crítica a las políticas del reinado de Luis XIV. Aquí, habla de un pueblo en el que sus moradores se aman con un amor puro, fraternal, inalterable. "Y esta paz, esta unión, esta libertad se debe a la privación de las vanas riquezas y de los engañosos placeres: todos son libres, iguales todos".
Así pues, no había apenas empezado el siglo XVIII cuando libertad, igualdad y fraternidad era un lema que se difundía enormemente en Francia, gracias a François de Salignac de la Mothe. Si bien es cierto, algunos filósofos de la época preferían interpretarlo como "Libertad, Propiedad, Seguridad" o simplemente "Libertad e Igualdad", olvidando la "fraternidad". No obstante, todos los reclamos acerca de esta obra desembocaba en el lema más conocido hasta la fecha que supuso un cambio histórico para Francia y el resto de Europa.