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Objetos universales
¿Fue la Torre de Babel un zigurat?
La excavación realizada por Robert Koldewey (1898-1917) arqueólogo de la misión alemana en Oriente permitió la localización científica de la histórica Babilonia y la estructura de un zigurat que pudo ser la mítica Torre de Babel buscada desde la Edad Media con localizaciones ficticias

La historia de la Torre de Babel del Libro del Génesis cuenta cómo después del diluvio los descendientes de Noé se asentaron en Babilonia y trataron de construir una ciudad con una torre que llegase al cielo. La obra era posible ya que todos se entendían al existir una sola lengua, pero Dios lo interpretó como un acto de soberbia y confundió las leguas de la gente provocando la incomprensión y el abandono del proyecto. El mito bíblico se construye en el siglo VI a.C., durante el periodo conocido como neobabilonio, cuando Nabuconodosor II conquistó el reino de Judá y destruyó Jerusalén siendo muchos hebreos deportados a Babilonia.
Hasta el comienzo del estudio de los textos cuneiformes y de la excavación de Babilonia en el actual Iraq realizada entre 1898 a 1917 por el equipo del arqueólogo alemán Robert Koldewey elegido por la Deutsche Orientgesellschaft, todas las noticias que se tenían de Babilonia provenían o de la Biblia o del Libro I de las Historias de Herodoto (m.425 a.C.), quien describe un templo de ocho torres con una escalera exterior. Estas fuentes fueron usadas hasta el siglo XVIII por viajeros occidentales que desde la Edad Media visitaban la zona impulsados por la fuerza del mito sin llegar a una ubicación correcta.
Uno de los primeros viajeros que creyó identificar la torre fue Benjamín de Tudela (1130-1173), quien describe en su «Libro de Viajes» las ruinas de Babilonia, que «todavía se encuentra allí el palacio derruido de Nabuconodosor, y los hombres temen entrar en él debido a los alacranes y serpientes que hay en su interior». No identifica la Torre de Babel entre la ruinas de Babilonia, pero si lo hace a pocos kilómetros al sur asociándola a las ruinas del zigurat Birs Nimrud que describe como un edificio imponente con una base dos millas, ancho de cuarenta codos y alto de doscientos: «cada diez codos hay caminos y por ellos se sube en espiral hasta arriba viéndose allí una extensión de veinte millas ya que el país es llano».
«En el Libro de las maravillas del mundo», escrito entre 1357 y 1371, atribuido al viajero Jehan de Mandeville, quien en 1322 haría un viaje de 34 años, se mencionaba que la Torre de Babel fue construida por Nemrud, un bravo cazador que ejerció su dominio entre Noé y Abraham. Si bien Herodoto y Benjamín de Tudela visitaron realmente la Babilonia histórica, en los siglos XVI y XVII se pierde la memoria real de estos lugares proponiéndose otras alternativas tanto para la ciudad como para la torre. Entre 1563 y 1581 Cesare de Federici, un comerciante veneciano que realiza un viaje a la India oriental, identifica Bagdad con Babilonia y la Torre de Babel con unas ruinas en ‘Aqarquf a las que llamó Nimrud, confundiendo las ruinas del zigurat de Dur-Kurigalzu con la ansiada torre. Esta interpretación fue mantenida por los viajeros que visitaban la zona llegando el comerciante inglés John Elred a medir el monumento y tomar notas de la técnica constructiva sobre las ruinas de Birs Nimrud en su viaje en 1583. Esta teoría cobró fuerza, ya que entre 1761-1767 el matemático danés Karsten Niebuhr visita la zona y llega a la misma conclusión con la obra de Herodoto en la mano. Pero no fueron estas los únicos emplazamientos propuestos: en 1616 el caballero romano Pietro della Valle exploró el sitio de Tell Babill, al norte de Bagdad pensando que la toponimia podría ser un indicador de la presencia de la torre. Esta localización fue puesta en duda por el abad Joseph de Beauchmap vicario general en Bagdad en 1781 quien localiza el emplazamiento clásico de Babilonia llegando incluso a sacar algunos ladrillos de colores de la puerta de Isthar.
La carrera europea
Desde principios del XIX con el crecimiento de los intereses económicos del Imperio británico en Oriente se instalan en Bagdad y en Basora las oficinas de la Compañía de las Indias Orientales para controlar el comercio de la India acudiendo a la sede de Bagdad intelectuales como el pintor Robert Ker Porter, quien llegó incluso a describir las fases de construcción de la Torre de Babel a la que identificaba con Bis Nimrud según el topos de Benjamín de Tudela. La rivalidad comercial entre Inglaterra y Francia se reflejó en sus misiones arqueológicas en Oriente disputándose el hallazgo de la Torre de Babel, pero no sería hasta la intervención del alemán Koldewey cuando se identificaron, tanto la ciudad de Babilonia con su avenida procesional, con leones y dragones esmaltados (Museo de Pérgamo, Berlin); como las estructuras de adobe del zigurat Etemenaki, el Templo de la Creación del Cielo y la Tierra dedicado al dios Marduk mencionado en el Código de Hammurabi.
De finales del siglo XII a.C. es un texto conocido como «Tintir», donde se describe Babilonia como centro del mundo y dentro de la topografía religiosa de la ciudad el barrio de Eridu, donde se sitúa el Etemenaki , la réplica del Ešarra, la «Casa de la totalidad». Este templo fue destruido por Senaquerib en el 689 a.C. y reconstruido por Nabucodonosor II como un zigurat de siete pisos con un templo de lapislázuli dedicado a Marduk en una cima que llegaba hasta el cielo como se menciona en diversas inscripciones del periodo. Aunque el edificio parece que estuvo en pie en la visita de Herodoto en el 469 a.C., después del castigo del persa Jerjes tras la sublevación del 482, en el 331 a.C. cuando Alejandro establece en Babilonia la capital de su imperio el edifico estaba en completa ruina. Se cumplía la profecía de Jeremías.
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