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Historia de los atentados contra los presidentes de los Estados Unidos

Tras el intento de asesinato contra Donald Trump, vienen a la memoria los otros magnicidios consumados (o no) de la historia estadounidense
Imagen desde atrás del coche presidencial en Dallas antes del asesinato de JFK el 22 de noviembre de 1963larazonAP
La Razón
  • César Alcalá

    César Alcalá

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La noticia del fin de semana es el intento de asesinato del candidato y expresidente de los Estados Unidos Donald Trump. Los magnicidios siempre conmueven a la sociedad y más, si en este caso, la víctima está vinculada con la presidencia de los Estados Unidos. Desde este punto de vista, históricamente, Trump no ha sido el único presidente que a sufrido un atentado. Algunos con mayor y otros con mejor suerte.
El prmero fue Abraham Lincoln. El 14 de abril de 1865 asistió al teatro. Iba a ver la obra Our American Cousin, que se representaba en el Teatro Ford. Era una comedia musical de Tom Taylor. Estando en su asiento se le acercó John Wilkes Booth, un actor simpatizante de los confederados, que le disparó con su pistola Derringer en la cabeza. Dicen que Wilkes, en el momento de apretar el gatillo exclamó “¡Sic seper tyrannis!”. Es decir, “Así siempre a los tiranos”.
Acto seguido forcejeó e hirió a Henry Rathbone, militar y diplomático. Booth, aunque con una pierna rota, consiguió huir y escapar de lugar del atentado. Lincoln no murió en el acto. Estuvo agonizando durante 9 horas. La historia no acabó aquí. Booth y los que presuntamente le había ayudado a cometer el atentado, fueron capturados, ahorcados o encarcelados.
El siguiente fue James Abram Garfield. El 2 de julio de 1881, en la estación de tren de Washington, el abogado Charles Jules Guiteau, un buscador de cargos y prebendas desengañado por la firmeza de James Garfield, falleciendo el 19 de julio como consecuencia e la infección y la hemorragia interna que le causaron las heridas y los médicos al intentarle quitar la bala que tenía alojada en el interior de su cuerpo.
Luego vino William McKinley, al cual le disparó el anarquista León Czolgosz, el 6 de septiembre de 1901, durante la Exposición Panamericana, a las 16:07 horas. El primero le alcanzó el hombro, mientras que el segundo le atravesó el estómago, el colon, uno de los riñones y quedó alojado en la espalda. En la Exposición de Buffalo se había presentado una máquina de rayos X, pero los médicos que atendieron al presidente fueron reacios a su utilización dado que desconocían los posibles efectos secundarios. Falleció el 14 de septiembre como consecuencia de una septicemia generalizada.
Czolgosz fue juzgado, durante 8 horas y lo condenaron a morir en la silla eléctrica. Lo ejecutaron el 29 de octubre de 1901 en la prisión federal de Aubrurn, en Nueva York. Sus últimas palabras fueron “yo maté al presidente porque era un enemigo de la gente buena, los buenos trabajadores. “No siento remordimiento por mi crimen. Lamento no poder ver a mi padre”.
Nos hemos de trasladar al 22 de noviembre de 1963 en Dallas. Ese día moriría el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy. Aquel día un francotirador llamado Lee Harvey Oswald disparó sobre el presidente. Oswald, según lo que se descubrió posteriormente, era un ex infante de marina licenciado honorablemente del servicio activo en el Cuerpo de Marines y enviado a la reserva. Desertó de la URSS en octubre de 1959 y vivió en Minsk hasta junio de 1962, cuando regresó a los Estados Unidos con su esposa rusa, Marina, y finalmente se estableció en Dallas.
Oswald se situó en el sexto piso del Texas School Book Depository y desde allí, realizó los disparos contra el presidente, que viajaba con su esposa Jacqueline y el gobernador de Texas con su esposa. A Oswald lo asesinó, dos días después, Jack Ruby, que le disparó a bocajarro. No se pudo juzgar a Oswald. A Ruby si, pero sus abogados pidieron que se repitiera el juicio, la cual cosa fue aceptada. Sin embargo, en octubre de 1964, la Comisión Warren informó que “no encuentra evidencias de que Lee Harvey Oswald o Jack Ruby fueran parte de cualquier conspiración, nacional o internacional, para asesinar al Presidente Kennedy”. Jack Ruby murió por un embolismo pulmonar producto de un cáncer de pulmón el 3 de enero de 1967 en el Parkland Memorial Hospital de Dallas, en Texas.
El senador estadounidense Rober Kennedy, hermando del difunto presidente, fue asesinado la madrugada del miércoles 5 de junio de 1968, en el hotel Ambassador de Los Ángeles, en plena campaña de primarias en California. El asesino fue un joven inmigrante palestino de veinticuatro años de edad llamado Sirhan Sirhan.
El último atentado fue contra el presidente Ronald Reagan, el 30 de marzo de 1981. A su salida de una conferencia en el Washington Hilton Hotel en Washington D. C., Reagan y otras tres personas fueron tiroteados y heridos por John Hinckley Jr. Reagan solo sufrió una herida superficial en el pecho. El motivo del atentado es la obsesión de Hinckley por la actriz Jodie Foster. Considerando que ya no constituye una amenaza para los otros, un tribunal federal ordenó su liberación, sin medidas de restricción, en agosto de 2016.

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