Objetos Universales

Historia del cuchillo: no eran solo para hombres

Los cuchillos inocentes, esos que están en nuestra cocina, son objetos que han permitido en sus formas evolucionadas el desarrollo de la guerra en todos los periodos históricos. Han marcado la identidad de las personas con las que se entierran y poseen un alto valor simbólico ceremonial, con puntas suavizadas nos acompañan en la mesa.

Lagertha, de la serie "Vikingos"
Lagertha, de la serie "Vikingos"La Razón

El cuchillo es más que una herramienta para cocinar y comer, es casi un objeto mágico. Es un objeto cotidiano en todas las cocinas del mundo y sirve para cortar cualquier tipo de ingrediente bien sea vegetal o animal, estos cuchillos de cocina tienen punta y están afilados mientras que los de mesa suelen ser de punta roma. Existe una tradición inglesa que prohíbe regalar cuchillos ya que estos objetos afilados provocarían el fin de la relaciones entre el donante y donatario, por ello la persona que recibe el regalo debe entregar una moneda a cambio como compraventa. Con independencia de que las supersticiones afectan a quienes las creen, lo cierto es que el cuchillo es un objeto que ha cambiado la vida de los hombres. Nuestros dientes y mandíbulas son hoy muy diferentes a las de nuestros antepasados del Paleolítico. Aunque en ambos casos tengamos 32 piezas dentales actualmente son más redondeadas que las de los hombres del pasado, al igual que la mandíbula mucho más pequeña y perfilada. ¿Pero a qué se debe esta modificación en nuestra anatomía? El cuchillo pudo influir ya que al cortar la carne y los alimentos en pedazos los molares tuvieron que realizar un menor trabajo adaptándose de forma progresiva la mandíbula a esta nueva situación.

Desde el Paleolítico Inferior existían las raederas, fabricadas sobre lascas percutidas, pero será en el Superior cuando éstas alcanzasen un mayor desarrollo tecnológico. Eran pequeños objetos afilados que servían tanto para cortar tejidos blandos como para raspar las pieles eliminando el pelo y la grasa de la piel antes de curtirla. Estos instrumentos con filo cortante originariamente de sílex unidos a un mango dan lugar a hachas, lanzaderas y todo tipo de instrumentos utilizados en la caza y en la guerra. Ésta será una de las funciones de los cuchillos y puñales hasta la Edad Media. Otra de sus funciones fue ceremonial, como el cuchillo de Gebel el-Arak (3300 -3200 a.C) encontrado en Egipto cerca de Abidos y actualmente el Louvre. Su hoja está tallada en sílex y el mango es de marfil con un bajo relieve donde aparece una escena de batalla y en la cara posterior la figura de un hombre vestido a la manera sumeria que sujeta con una cuerda a un animal. También gracias a un salto temporal y territorial nos encontramos con los cuchillos de obsidiana de los aztecas.

Sin embargo, como objetos de guerra alcanzaron un desarrollo tecnológico en la Edad del Hierro en Europa. En el caso ibérico existieron multitud de modelos, desde las falcatas íberas (VI-I a.C), a los puñales tipos Monte Bernorio-Miraveche cuyos nombres obedecen a los yacimientos donde originalmente se encontraron en Palencia y Burgos. Esta tipología posee enmangue en espiga y filos curvos teniendo gran difusión entre los cántabros, los vacceos, los vetones y celtíberos. El contacto en la península Ibérica entre romanos y los habitantes de los castros influyó en el pugio romano, un puñal usado por las legiones romanas al principio de nuestra era. Cuchillos de diferentes tamaños se han encontrado en los ajuares de tumbas de diferentes periodos, siendo la posesión de un arma un símbolo de identidad y de pertenencia a un grupo social, los guerreros. Esta idea nos lleva una interesante pregunta, ¿siempre que aparecen armas en una tumba está relacionado con hombres?

Hasta hace poco tiempo se pensaba que sí, como en el caso de la guerrera vikinga de Birka (Suecia), considerada como un guerrero desde la excavación de la tumba en 1889 , pero tras un análisis osteológico y de ADN se concluye que es una mujer provocando controversia sobre los roles en la sociedad vikinga. Durante la Edad Media hubo muchos cuchillos de combate de diferente tamaño y longitud pero no fue hasta finales del siglo XV cuando el cuchillo empezó a ser un utensilio de mesa. El desarrollo económico de las sociedades urbanas provoca una mejora en la alimentación y la necesidad del uso de cuchillos para trinchar y cortar la carne y el pan. Se convirtió en un objeto habitual en las cortes europeas como se refleja en algunos libros miniados bajomedievales como el Libro de Horas de la reina Yolanda preservado en Aix en Provence. En todas las cortes se usaban los cuchillos y los hombres adinerados empezaron a usarlo con doble función, comer y defenderse de las amenazas. Los cuchillos terminaban en punta lo que podían ser peligroso si la conversación entre los comensales se acaloraba, hecho que según leyendas francesas provoca al cardenal Richelieu a instar al rey Luis XIV para que prohibiese el uso del cuchillo de punta en la corte. En 1669 el rey Sol, Luis XIV el mismo rey que se acicalaba el pelo y era el referente de la moda, la elegancia y el poder europeo convirtió los cuchillos de punta en ilegales en la mesa y los reemplazó por otros de punta roma y más anchos para reducir la violencia. Desde entonces los cuchillos de mesa son romos, desde el siglo XVII la moda europea viene de París.