¿Es la Lotería un invento de Carlos III para engañar a los ciudadanos y que paguen más impuestos?
El monarca trajo a España un un sistema similar al que había observado en Italia
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La Lotería Nacional es una de las tradiciones más arraigadas en España, especialmente en momentos tan señalados como el sorteo de Navidad, donde millones de personas depositan sus esperanzas en los billetes de lotería. Sin embargo, pocos conocen los orígenes de esta institución y cómo su creación está ligada a una de las figuras más importantes de la historia de España: el rey Carlos III. Fue durante su reinado cuando el ministro Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, impulsó la lotería como una solución para mejorar las finanzas del reino.
Aun así, la evidencia más antigua que tenemos se registró en China, bajo la Dinastía Han entre 205 y 187 a.C.: los billetes keno, un tipo de lotería que aún se juega en los casinos chinos a día de hoy. Y ya por entonces se sabe que fue una forma de aumentar los ingresos públicos para ayudar a financiar la construcción de la Gran Muralla China.4
Pero volvamos a la península. Carlos III, apodado el "mejor alcalde de Madrid", es conocido por sus esfuerzos por modernizar España a través de diversas reformas que buscaban fortalecer el país desde el punto de vista económico, social y cultural. Su reinado (1759-1788) estuvo marcado por un claro enfoque ilustrado, buscando siempre el progreso del reino sin depender en exceso de medidas extremas como el aumento de impuestos.
Dentro de este marco, se planteó la posibilidad de introducir la lotería en España, inspirada en un sistema similar que había observado Carlos III cuando era rey de Nápoles. Allí, la lotería ya se utilizaba como una fuente alternativa de ingresos para el Estado, permitiendo obtener recursos sin afectar directamente la economía de los ciudadanos. Con esta idea en mente, Carlos III encomendó la tarea de implementar la lotería en España a uno de sus más cercanos colaboradores: Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache.
Esquilache era un político y militar que llegó a España desde Italia para ponerse al servicio de Carlos III. Como ministro de Hacienda y uno de los principales responsables de las reformas económicas, buscaba soluciones que permitieran aumentar los ingresos del Estado sin recurrir a subidas impositivas, que en aquel entonces ya eran impopulares y afectaban especialmente a las clases más bajas.
En 1763, siguiendo el modelo napolitano, Esquilache introdujo en España la lotería, conocida inicialmente como "Lotería de Números". Esta se basaba en un sistema simple: los jugadores elegían una combinación de números con la esperanza de que coincidieran con los que se extrajeran en el sorteo. La novedad de este sistema es que permitía que el Estado recaudara fondos de una manera indirecta y voluntaria, al mismo tiempo que ofrecía la posibilidad de obtener premios a quienes participaban.
La primera lotería española se celebró en Cádiz en 1763, con una acogida bastante positiva. Este mecanismo no solo contribuyó a las arcas del Estado, sino que también permitió canalizar la afición popular por el azar y el juego hacia una actividad regulada por el gobierno, evitando otros tipos de apuestas menos controladas.
A pesar de la revuelta de Esquilache en 1766, una insurrección provocada en parte por las reformas que el ministro había implementado, la lotería que él había impulsado sobrevivió a su salida del gobierno. Aunque Esquilache fue destituido y obligado a exiliarse, la lotería se consolidó en España como una de las principales fuentes de ingresos para el Estado.
Con el tiempo, la lotería fue evolucionando, y en 1812, durante la Guerra de la Independencia, se introdujo lo que hoy conocemos como la Lotería Nacional. El primer sorteo tuvo lugar en Cádiz el 4 de marzo de ese año, con el objetivo de obtener fondos para la causa bélica contra la ocupación napoleónica. Esta versión de la lotería fue la que finalmente se extendió por todo el país y ha perdurado hasta nuestros días.
Desde su creación, la lotería ha jugado un papel crucial en la financiación de múltiples proyectos públicos y sociales, desde infraestructuras hasta programas de ayuda. Además, la lotería ha contribuido a crear un imaginario colectivo en torno a la ilusión y la esperanza de ganar, especialmente con el famoso "Gordo" de Navidad, que se ha convertido en un evento cultural que une a toda la población en torno a la expectativa del premio.
El impulso original de Carlos III y Esquilache se ha transformado en una tradición que sigue viva más de 250 años después. La lotería no solo es un juego, sino que ha sido, desde su origen, una herramienta que ha permitido al Estado recaudar fondos para causas públicas de una manera diferente, sin las tensiones sociales que podrían provocar otras medidas fiscales.