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¿Quién fue San Valentín y por qué es el santo de los enamorados?

La historia de San Valentín es más oscura, pero espiritualmente más significativa, que la festividad consumista que conocemos hoy
San Valentín viene acompañado de regalos, unos más caros que otros, pero todos igual de valiososlarazon
La Razón

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Hoy, como cada 14 de febrero, se celebra el "Día de los Enamorados", más conocido en nuestras latitudes como "San Valentín". Es una efeméride que evoca imágenes de ramos de rosas, bombones, parejas acarameladas, adornos con forma de corazón, (...) y un sinfín de manifestaciones de afecto de lo más empalagoso. Sin embargo, pocos conocen que la verdadera historia de San Valentín es un poco más oscura... pero con mucho más valor espiritual que la celebración consumista que hoy conocemos.

Existen dudas razonables sobre si San Valentín existió realmente o no. Tanto es así que la Iglesia Católica tuvo que retirar su nombre del santoral, pues una de las medidas que se tomó en el Concilio Vaticano II, fue la de eliminar del santoral los nombres de aquellos santos y beatos cuya veracidad histórica no pudiera ser probada. Existen, además, varias teorías acerca de quién fue realmente San Valentín. La más extendida es la que dice que San Valentín fue un obispo del siglo III que padeció el martirio a manos del emperador Marco Aurelio Claudio (214-270).

Según esta versión, el emperador decretó la prohibición de que los jóvenes soldados del Imperio Romano que estuvieran en activo contrajeran matrimonio. La idea detrás de la norma era que, si los soldados se casaban, significaría que -a partir de ese momento- se harían responsables de cuidar de sus esposas y de sus familias; lo que irremediablemente afectaría a su compromiso y desempeño en el campo de batalla. Pues no se lanzarían con tanto brío a la lucha si temían que pudieran morir y dejar a sus seres queridos desamparados.

Retrato de San Valentín
Retrato de San ValentínDominio Público
Sin embargo, este obispo llamado Valentín consideró la norma injusta y que, además, con su decreto traspasaba los confines del poder imperial, pues interfería con la naturaleza divina del matrimonio, pilar fundacional de la familia cristiana. Por todo ello, el obispo decidió no acatar la prohibición y siguió casando en secreto a las jóvenes parejas.

El emperador se enteró de lo que estaba pasando y pidió al obispo que se presentase frente a él y le diera explicaciones. Cuando San Valentín se presentó frente al emperador, este le ordenó que se retractase, que negara su fe y que negase la validez de los matrimonios que ya había realizado. San Valentín, sin embargo, se mantuvo firme en su fe y en sus actos, rechazando acatar las órdenes del emperador. Como consecuencia de su desobediencia y su inquebrantable fe, fue condenado a muerte y decapitado, presumiblemente, el 14 de febrero.