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Música
El homenaje de Sonya Yoncheva a George Sand en Perelada
La soprano búlgara clausura la edición número 38 del festival recreando una soirée musical de la época con la presencia de figuras cercanas al círculo íntimo de la novelista francesa

La soprano búlgara presentó su nuevo programa de concierto titulado George como clausura del 38º Festival de Perelada, un homenaje a George Sand en el que Sonya Yoncheva recrea una soirée musical de la época con la presencia de figuras cercanas a su círculo íntimo, como Chopin, Lisz o Pauline Viardot, en este caso mediante sus composiciones. Además de cantar, Yoncheva recita diversas cartas de Sand, ya sea una enviada a Chopin u otras recibidas por ella. Se debe de tener en cuenta la doble dificultad de recitar y cantar, algo más complejo de lo que parece como se puede observar, por ejemplo, en la zarzuela española, y también la de enganchar al público, ya que no es fácil mantener su atención y que el recital no pierda el sentido tras cada una de las interrupciones para declamarlas. De todo ello hubo un poco.
La velada se inició y acabó con “Casta Diva” de Normade Bellini, primero en una versión a cargo de la joven pianista germano-ucraniana Olga Zado, de gran talento y sensibilidad artística como demostró especialmente en las diversas piezas a solo como esta, que se repitió seguidamente como fondo musical de la primera carta, la de Alfred Musset a George Sand leída en francés por una Yoncheva micrófono en mano. A pesar de que el público tenía en el programa la traducción al catalán y español de la misma, no se hizo muy cómoda su lectura con poca luz para un público que no conociese el idioma. Sonya Yoncheva no se prodigó demasiado y de las primeras piezas, aunque destacó su brillante y emotiva interpretación de “Les filles de Cadix” de Delibes.
Una velada algo compleja de seguir y con un ritmo muy dispar ya que enseguida Zado volvió a interpretar un delicado Nocturno op. 9 Nº 2 de Chopin y Yoncheva a recitar una nueva carta, en este caso una parodia de 1835 en la que Sand declara y busca el amor del pianista y compositor. Interesantes las obras de la mezzosoprano y compositora Pauline Viardot, como “Madrid”, bien caracterizada y cantada por Yoncheva, y su Romanza para piano y violín Nº 1, vwv 3003, a cargo de la pianista junto a la violinista Sara Balasch en su única y correcta aparición antes de los aplausos finales.
La joven mezzosoprano georgiana Ekaterine Bauchidze si dejó una muy destacada impronta con un instrumento de bello color, de timbre oscuro y carnoso, muy homogéneo en todo el registro y de elegantes agudos, especialmente en la canción de Viardot “Hai Luli” y en los dúos de Viardot y Chopin junto a Yoncheva, sobresaliendo en “Separation” en un arreglo de Viardot de una pieza de Chopin y en la final de ambas, “Les Bohémiers” de Viardot compuesta a partir de las Danzas húngaras de Brahms.
La soprano protagonista no llegó a emocionar al público al ir cantando, solo de tanto en tanto o a dúo, faltando algunas piezas de mayor envergadura para disfrutar verdaderamente de esta gran artista, un repertorio añorado que solo llegó al final de la velada con la esperada “Casta Diva”, una interpretación que dejó al público con ganas de mucho más.
La clausura de este 39º Festival de Perelada resultó un tanto dispar, como lo ha sido en general toda esta edición veraniega, algo corta por el viaje del certamen al Festival de Savolinna (Finlandia). La oferta, en todo caso, se saldó con unos espectáculos muy creativos, íntimos, algunos de gran éxito, quizás demasiado multidisciplinares, pero que supieron mantener un discurso artístico en la línea tradicional de esta fundamental convocatoria estival.
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