Hoy se celebra el Día Mundial de Drácula, el vampiro más famoso de la literatura
El primero en imaginar a este vampiro inmortal fue Bram Stoker, que publicó "Drácula" el 26 de mayo del año 1897
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Cada vez es más frecuente abrir un periódico y encontrarse un titular que dice algo así como “Por qué y dónde celebrar el ‘Día del Orgullo Zombie’” o “Nuestro perro está de enhorabuena: hoy es el ‘Día Mundial de vestir a tu mascota’”. Cuando esto sucede, lo primero que se le pasa por la cabeza a cualquier ser humano con un mínimo de sentido común es: ¿A quién se le habrá ocurrido dedicarle todo un día a semejante memez?
Sin embargo, a veces las apariencias engañan. A veces, una celebración que a primera vista parece absurda... puede tener mucha más sustancia de la que nos habíamos imaginado. Un buen ejemplo es el 19 de diciembre, que es el Día Mundial del Váter. A primera vista puede parecer algo extraño -o incluso cómico- que celebrar. Pero sí lo pensamos detenidamente, pocos eventos han hecho tanto bien por la humanidad y la sanidad pública como la invención del váter. Es uno de los mayores avances sanitarios de la historia. Y evidentemente hay que reivindicarlo.
Esto también ocurre con la efeméride mundial que celebramos hoy. Puede parecer un poco tonta... porque conmemora a un personaje de ficción que ha sido adaptado infinidad de veces y en muchas ocasiones de una forma bastante pueril. Sin embargo, eso no quita que sea uno de los personajes de terror más icónicos de todos los tiempos.
El novelista irlandés Bram Stoker fue el primero en imaginar a este espeluznante hombre inmortal que bebe sangre y se convierte en murciélago. Su primera aparición fue en el libro “Drácula”, publicado el 26 de mayo del año 1897 (de ahí la fecha escogida para la efeméride). Stoker basó su novela de terror gótico en el príncipe Vlad III de Valaquia, originario de Rumanía, a quién apodaban Vlad El Empalador.
El personaje histórico no era un vampiro (al menos que nosotros sepamos), pero sí fue tan cruel y despiadado con quienes se enfrentaron a él como lo habría sido un vampiro. Las estimaciones sobre el número de víctimas de Vlad el Empalador son inexactas y conjeturales, pero algunos expertos han llegado a calcular hasta las 100.000 almas empaladas.
Al igual que ocurre con la crucifixión, el empalamiento es tanto método de tortura… como de ejecución. Consiste en clavar -literalmente- a un humano a una estaca o una lanza. En ocasiones el empalamiento se hacía atravesando el torso, aunque en otras se introducía a través del ano o la vagina. En cualquiera de los casos, la muerte es segura… y el precio por desobedecer siempre quedaba claro.
A lo largo de los años, la figura del vampiro más famoso de la literatura ha sido objeto de numerosas adaptaciones cinematográficas, televisivas y literarias. Desde la icónica interpretación de Bela Lugosi en la película de 1931, hasta el personaje animado que protagoniza la popular trilogía infantil “Hotel Transilvania”.