Inauguran escultura interactiva que une Dublín y Nueva York en tiempo real
"The Portal" es una creación del artista y empresario lituano Benediktas Gylys, diseñada para conectar a personas de distintas partes del mundo
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El miércoles pasado, los residentes y turistas que visitaban el área de Flatiron en la ciudad de Nueva York quedaron asombrados al presenciar un fenómeno fuera de lo común: la aparición de un portal en la acera que parecía conectar la Gran Manzana con Dublín, Irlanda. Sin embargo, la verdad detrás de este misterioso portal es aún más fascinante.
Resulta que el portal no es una brecha interdimensional, sino una innovadora escultura llamada "The Portal", diseñada para crear una conexión visual entre dos ciudades emblemáticas del mundo: Nueva York y Dublín. Esta obra de arte fue inaugurada el miércoles 8 de mayo en la plaza pública Flatiron South en Nueva York, y su homóloga se encuentra en la calle O'Connell en Dublín, donde permanecerá hasta el otoño de 2024.
"The Portal" es una creación del artista y empresario lituano Benediktas Gylys, quien concibió la escultura como un puente visual destinado a demostrar el poder del arte para superar las barreras físicas y conectar a las personas más allá de las fronteras geográficas y culturales. Lo más impresionante de esta escultura es su capacidad para proporcionar una transmisión visual en vivo y en tiempo real que conecta las dos ciudades, permitiendo a las personas interactuar y conocer a otros seres humanos fuera de su círculo social habitual.
En declaraciones para el sitio SecretNYC, James Mettham, presidente de la Asociación Flatiron NoMad, expresó su entusiasmo por acoger el debut norteamericano de "The Portal": "Tenemos el honor de acoger el debut norteamericano del Portal en las Plazas Públicas de Flatiron, en una de las intersecciones más dinámicas de la ciudad de Nueva York", y añadió: "Esta conexión en tiempo real entre dos espacios públicos icónicos de ciudades globales a ambos lados del Atlántico unirá a la gente, tanto física como digitalmente, convirtiéndose en una atracción cautivadora tanto para los neoyorquinos como para los visitantes".