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Arqueología

“Indiana Jones”: el dial del destino existió realmente y era un prodigioso invento

En su última historia, el famoso arqueólogo busca un instrumento de fabulosos poderes similar a un dispositivo que fue construido hace 2.000 años por Arquímedes

Imagen del Dial del Destino en la película
Imagen del Dial del Destino en la películaLa Razón

Ya lo sabe: Indiana Jones trata de evitar que algunos de los objetos más poderosos de la historia de Humanidad caigan en las manos equivocadas. O que los grandes tesoros, como la cruz de Coronado que el joven Indy arrebata en su infancia a unos buscatesoros, estén en un museo. Persiguió el Arca de la Alianza para evitar que terminase en manos nazis y también luchó contra el Tercer Reich para que el Santo Grial, la copa que Jesucristo utilizó en la última cena, no cayese en las manos equivocadas. Incluso ha protegido reliquias precolombinas y piedras sagradas de las culturas hinduistas. Así que, en su última aventura, la cosa no podía desmerecer. “Indiana Jones y el dial del destino”, que se estrena el 29 de junio, tiene también un objeto de fabulosos poderes como el objeto de deseo de buenos y malos. Un instrumento que existió realmente, que fue creado hace 2.000 años, y que sigue siendo un misterio para los arqueólogos. Incluso para Indiana Jones.

En la última aventura del Dr. Jones todos corren detrás de un artefacto que supuestamente puede establecer señales para determinar las coordenadas donde se abren portales que permiten el viaje en el espacio y en el tiempo. Es un dispositivo que, obviamente salvando las distancias de las capacidades sobrenaturales, existió y sigue siendo un auténtico enigma. Se trata del Mecanismo de Anticitera, que fue llamado así porque se halló en un pecio en las aguas cercanas a esa isla del Mediterráneo. Según parece, fue un invento de Arquímedes, un verdadero genio inventor de la antigüedad, que desarrolló todo tipo de artefactos de guerra como catapultas, escorpiones y hasta garras mecánicas. Según las crónicas, incluso desarrolló un sistema de espejos que proyectaban y concentraban la luz solar contra las embarcaciones enemigas y el calor conseguía incendiarlas.

El mecanismo de Anticitera
El mecanismo de AnticiteraWikipedia

Arquímedes fue uno de los primeros físicos y matemáticos de la historia y desarrolló multitud de instrumentos para realizar mediciones de espacio y de tiempo, así como de posición de los astros. Según parece, con ese propósito estaba creado un dispositivo de exquisita factura, el mecanismo de Anticitera, compuesto por un sofisticado conjunto de engranajes o discos metálicos que permitían calcular de forma simultánea las posiciones del Sol, de la Luna, los eclipses, los ciclos de calendarios y la posición de los planetas. Nada menos que 32 ruedas y placas componen el mecanismo, a semejanza de un sistema de relojería que quedaba mucho para que se inventase, y que tiene inscripciones con elementos reconocibles, como los meses y los signos del zodíaco. Sin embargo, esa es solo una suposición, ya que la maquinaria, considerado un auténtico ordenador analógico, fue hallado bajo el agua tras dos mil años de corrosión y no se puede determinar con firmeza su uso. Sin embargo, existe y se encuentra en el Museo Arqueológico de Atenas.

Así, podría tratarse también de un astrolabio, o de un instrumento que ayudase a la navegación y la orientación en alta mar. Para muchos, sigue siendo un objeto inconcebiblemente adelantado a su tiempo, hecho que siempre ha alimentado las leyendas al respecto de sus propiedades. Su complejidad siempre ha fascinado a investigadores y científicos, que llevaron a cabo una reconstrucción de su posible apariencia y funcionamiento en 2007. Y es que la expansión de esta tecnología se interrumpió en la antigüedad, y artefactos tecnológicos que se acercaran a la complejidad y habilidad de construcción de instrumentos como este no aparecieron nuevamente hasta 1600 años después, época en que se inició el desarrollo de relojes astronómicos en Europa, hacia el siglo XIV.