Insultos en diferido
Horas antes de los premios Goya, el ambiente se caldea por la ausencia del ministro en la gala y numerosos actores claman contra Wert.. La politización de la fiesta del cine español está servida
No ha sido necesario esperar a que las estrellas pisen la alfombra roja del Hotel Auditorium, donde mañana se celebrarán los Premios Goya, para que la denominada «gran fiesta del cine español» tenga ya un poco menos de celebración y sí bastante más de polémica. La reacción de la industria al anuncio del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, de que no asistirá a la gala, fue inmediata. El ministro arguyó una reunión en Londres a primera hora de la mañana para disculpar su ausencia, la primera en toda la historia de los Goya. Los ánimos, caldeados desde hace meses por la subida del IVA cultural hasta el 21 por ciento y el descenso de las subvenciones a nuestra cinematografía, hacían presagiar duras críticas a Wert, que ya había sido abucheado cuando acudió a los Premios Forqué, que entregan los productores. Su ausencia en los Goya sólo hizo adelantar la polémica: «Le compadezco en lo personal, porque sólo veo debilidad en su gesto, y en lo político me resulta lamentable», dijo a Efe Antonio de la Torre, nominado por «Caníbal» y por «La gran familia española». «Entiendo que al no ir se puede evitar una situación desagradable, pero también se aumenta el clima de crispación y desencuentro», explicó por su parte Gracia Querejeta, nominada a Mejor Director por «15 años y un día». Sobre que la razón de su ausencia sea evitar posibles recriminaciones, el presidente de la Academia aseguró a este diario que «el año pasado estuve junto a él y no ocurrió absolutamente nada».
Sin cambio en el guión
Otras razones esgrimió David Trueba (nominado a Mejor Director por «Vivir es fácil con los ojos cerrados»), que calificó su ausencia de «indiferencia absoluta». «De todas formas, es algo que ha venido pasando toda la legislatura. Pese a ser ministro de Cultura, no lo ha sido nunca. No ha estado en los momentos importantes», destacó Trueba, quien ha reconocido que los protagonistas de la noche de los Goya tienen que ser «las películas y no los políticos». El Ministerio asegura, sin embargo, que «se han producido numerosísimas reuniones con el sector para buscar soluciones al problema de financiación del cine español. Se trata del sector con el que más contacto se ha tenido. De hecho, ya existe un acuerdo de modelo», asegura un portavoz de Cultura. Ayer mismo, Soraya Sáenz de Santamaría aseguró durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que «en su lugar habrá una representación del ejecutivo entendida en su sentido amplio». Según ha podido confirmar este diario, el Ejecutivo estará representado por el secretario de Estado de Estado de Cultura, José María Lasalle, y la directora general del ICAA, Susana de la Sierra. El ministro tampoco fue a los Premios Gaudí hace una semana (organizados por la Academia de Cine catalana), pero se disculpó ante Isona Passola, su presidenta, como lo hizo con Enrique González a través de una llamada que le hizo personalmente, según dijo a este diario el presidente de la Academia: «Hubiera preferido que viniera, pero, al fin y al cabo, aunque importante, es un invitado más». Sobre los motivos que esgrimió Wert para excusar su ausencia, González Macho remitió a las dadas por el propio ministro. «Me comunicó que tenía un compromiso. Él conocerá las prioridades de un ministro. También me deseó el mayor de los éxitos, lo normal en estos casos», añadió. Por otra parte, anunció que su ausencia no cambiará absolutamente en nada la organización de la gala. «Simplemente, al comenzar mi discurso, en los saludos a las autoridades, no lo nombraré. Eso es todo».
Será uno de los pocos momentos que deje el mando Manel Fuentes, guionista y presentador de la gala que desde la Academia han bautizado como «una declaración de amor al cine español». Vídeos de los nominados, humor, música y monólogos amenizarán una gala durante la que se entregarán 29 estatuillas de las que sólo se conoce el Goya de honor, a Jaime de Armiñán, y durante la que se irán entregando los «cabezones» hasta llegar al más preciado, el de Mejor Película, por el que compiten «La gran familia española», de Daniel Sánchez Arévalo; «Caníbal», de Manuel Martín Cuenca; «15 años y un día», de Gracia Querejeta; «Vivir es fácil con los ojos cerrados», de David Trueba; y «La herida», de Fernando Franco. Mañana sabremos si la «gran fiesta del cine español» se convierte verdaderamente en una gala que celebrar.