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Psicópatas de cine (II)

Jack Torrance, el monstruo de la habitación de al lado

El asesino perturbado con hacha apareció después que los psicópatas de la novela y el cine "slasher"

Stanley Kubrick adaptó a la gran pantalla «El resplandor», obra de Stephen King, con Jack Nicholson como protagonista
Stanley Kubrick adaptó a la gran pantalla «El resplandor», obra de Stephen King, con Jack Nicholson como protagonistaLa Razón

Si en la vida real el psicópata criminal nace, en la literatura fantástica y el cine de terror se hace a la medida del espectador. El añejo fantasma cultural lo representan el doctor Jekyll y su escisión el señor Hyde, protagonistas de la novela de R. L. Stevenson. La causa de su desdoblamiento se debe a un bebedizo que lo convierte, de forma intermitente, en el psicópata asesino Hyde, émulo de Jack el Destripador. La maldad reprimida en la mente del elegante doctor tomará la forma de un despiadado asesino nocturno que se apodera de su personalidad para realizar sus deseos más oscuros.

Aquí la división del yo del doctor en su doble criminal será el fundamento de numerosos personajes de la novela fantástica, cuyo desdoblamiento patológico sucede de forma externa y a veces transitoria. El vampiro lo es por contagio; el Hombre Lobo, por influjo de la luna, y Frankenstein, por la creación de un doctor loco. No son seres malvados en sí, sino seres poseídos por la fatalidad.

Algunos de los más famosos personajes inventados por Stephen King siguen el mismo patrón clásico: no son psicópatas ni criminales natos. Unos poseen habilidades paranormales y otros, poderes ocultos. En «Carrie» (1974), su protagonista tiene el don de la telequinesia. Puede mover objetos con la mente. Cuando los compañeros de instituto, que la acosan y se burlan de ella, deciden humillarla públicamente en la fiesta de promoción, Carrie se venga destruyendo con violencia bíblica a todos sus compañeros y profesores utilizando la telequinesia.

El proceso que sufre el protagonista de «El resplandor» (1977) es el de la posesión de fuerzas del mal ocultas. Jack Torrance no es el mejor de los padres. Su mal carácter aterroriza a su familia y el alcoholismo ha hundido su carrera de escritor. Encerrado con su mujer y su hijo durante el frío invierno de Denver como conserje del hotel Overlook, trata de restablecer sus vínculos familiares rotos por la violencia física ejercida contra su hijo y el maltrato a su mujer.

Desde el comienzo, el director del Overlook advierte a Jack Torrance de la maldición del edificio, donde otro conserje como él, en los años 20, asesinó a su mujer y a sus dos hijas y luego se suicidó. La familia asesinada vaga por el hotel maldito como fantasmas y su presencia solo es advertida por el hijo del conserje, que posee el «resplandor»: la capacidad de ver y hablar con los muertos. Éstos tratan de adueñarse de su padre a través del niño para inducirlo a asesinar a su esposa y al pequeño.

El proceso de transformación de Jack Torrance en un psicópata se opera de forma gradual. Los problemas reprimidos de este asesino en ciernes son utilizados por las malignas fuerzas ocultas en el Overlook para enloquecerlo a pesar del don de su hijo, que trata de impedirlo. Jack Torrance es lo opuesto al asesino en serie de «Mr. Mercedes» (2000), un psicópata capaz de atropellar con su auto a quienes hacen la cola del paro o de preparar una masacre en un estadio. Aquí el monstruo oculto habita el hotel. Torrance es poseído por sus fuerzas malignas hasta convertirlo en un psicópata que persigue con un hacha a su familia.

La novela refleja, mejor que la película, la transformación del violento Jack Torrance en un psicótico al dominarlo las fuerzas malvadas del hotel. La exagerada interpretación de Jack Nicholson, repleto de tics, visajes y mojigangas faciales fijaron la imagen terrorífica del individuo persiguiendo a los dos infelices por el laberinto congelado con furia.

El perturbado con hacha no era la imagen dominante de la mitología de los psicópatas en la novela y el cine «slasher» anterior a los años 80. Se hizo popular la imagen de Joan Crawford en el papel de una asesina con hacha en «El caso de Lucy Harbin» (1964), basada en una novela de Robert Block, autor de «Psicosis», y parodiado con humor negro y delirio posmoderno con el personaje de Patrick Bateman. La versión cinematográfica de «American Psycho» es menos violenta que la novela, pero la iconografía pop del psicópata imaginario que cree ser un asesino en serie ha quedado fijada en la imagen del elegante yuppie con traje de Valentino que asesina con un arma de diseño o enarbolando una motosierra.

Posteriormente, en 1980, se popularizó el caso real de un ama de casa de Texas, Candy Montgomery, «la asesina del hacha». Candy tuvo un brote psicótico y mató a su amiga Betty Gore asentándole cuarenta y un cortes mortales.