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Exposición

Jeff Koons: “Soy el nieto de Duchamp”

El artista vivo más caro del mundo inaugura en el Jumex de Ciudad de México una exposición en la que se mide con el padre del “ready made”

Vista de "Red Dog Balloon"de Jeff Koons, que forman parte de la muestra de la muestra "Apariencia desnuda: El Deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons"
Vista de "Red Dog Balloon"de Jeff Koons, que forman parte de la muestra de la muestra "Apariencia desnuda: El Deseo y el objeto en la obra de Marcel Duchamp y Jeff Koons"larazon

El artista vivo más caro del mundo inaugura en el Jumex de Ciudad de México una exposición en la que se mide con el padre del “ready made”

Dice que después de volver a convertirse en el artista vivo más caro del planeta su vida ni se ha meneado. Sigue haciendo lo mismo y sonriendo con cara de conejo con similar mueca. “Rabbit”, un muñeco de poco más de un metro de acero inoxidable, vendido esta semana por 80 millones de euros, le ha devuelto al foco. Si a eso le añadimos que desde hoy se mide y mira a Marcel Duchamp en el Jumex de Ciudad de México, ya tiene los titulares escritos y el año hecho. “Duchamp es el abuelo, Warhol el hijo y yo sería el nieto”, ha dicho el ex “broker” enseñando los dientes.Y se ha quedado tan a gusto.

Pocos artistas consiguen concitar aversión y admiración a partes iguales como lo hace el padre del conejo, un hombre cercano a la jubilación con sus 64 años muy vividos. El mastodóntico edificio mexicano se ha rendido incondicionalmente a sus pies en cada una de sus salas. La bailarina casi en actitud genuflexa, colocada a la entrada recibe al visitante con cierto recato. “Pasen y vean”. Abran mucho los ojos para no perderse ni una coma porque, además, la muestra nace y muere en Ciudad de México, desde hoy hasta el 29 de septiembre.

Durante la presentación Koons, que tampoco se puede decir que tenga un discurso bien armado, recordó todo lo que le debe al padre del “ready made”, a quien descubrió en su juventud: “Cuando era joven no entendía el poder del arte hasta que me crucé con el trabajo de Manet y Duchamp. El de éste comunicaba particularmente que todo está aquí, solamente tienes que abrirte al mundo que te rodea”.

Y es lo que ha hecho el artista, absorber cual esponja y rodearse de un equipazo, aunque ahora sean unos cuantos menos debido a los ajustes de plantilla, para que trabajen en esas figuras tan icónicas que le han hecho inconfundible y que se rifan quienes tienen la chequera más abultada y están convencidos de que poseer una de sus obras es un signo de distinción.

El comisario Massimiliano Gioni ha querido en “Apariencia desnuda”, abierta hasta el 29 de septiembre, que tratemos de entender que hay un hilo de continuidad (invisible, quizá, pero existe) entre el urinario duchampiano y el conejo “koonsiano”, “ya que ambos son el inicio y el fin del siglo XX. Dos creadores que han cuestionado la función de los objetos y la fascinación por el consumo”.

No ha sido el único que ha hablado. “Al yuxtaponer la obra de Duchamp y la de Koons es posible analizar algunos de los cambios fundamentales en la cultura del siglo XX, como el desarrollo de la definición de la subjetividad y el trabajo, las nociones de valor y el gusto, la autoría y la originalidad en el arte” cuenta María Emilia Fernández, asistente curatorial del Museo Jumex, quien añade que “la muestra presenta una especie de partida de ajedrez entre la esencia y la superficie, tanto del arte como de las personas y los objetos. Más que sugerir una filiación directa entre estos dos artistas, la exhibición propone una serie de puntos en común en sus mundos artísticos”.