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Cine

Jonathan Majors: "Marvel y Kevin Feige me han enseñado una ambición que no sabía que tenía"

En "Ant-Man y la Avispa: Quantumania", el actor se revela como Kang "El conquistador", nuevo gran villano de Marvel

No es casualidad que el director Peyton Reed, responsable de todas las películas del hombre hormiga en el Universo Cinematográfico de Marvel(UCM) y de pequeños hitos de la comedia romántica como «Separados» (2006) o «Dí que sí» (2008), haya elegido una canción como «Welcome Back», de John Sebastian, para abrir «Ant-Man y la Avispa: Quantumania». El tema, uno de esos que uno tiende a escuchar en bucle solo por la vibra que transmite, era la sintonía de cabecera de «Welcome Back, Kotter», la sit-com de los setenta que, por ejemplo, nos descubrió a John Travolta. Ese buen rollo, tan propio del cine de Reed como de las series procedimentales, es el que aplica hasta el agotamiento en su nuevo proyecto para Marvel, que llega hoy a los cines con dos propósitos: dejar claro que Paul Rudd puede ser un «padrazo» y no solo un «papi», y que Jonathan Majors, como Kang «El conquistador», es el próximo gran villano del UCM, su nuevo Thanos.

Paul Rudd (dcha.) y Kathryn Newton en la tercera entrega de "Ant-Man"
Paul Rudd (dcha.) y Kathryn Newton en la tercera entrega de "Ant-Man"Paul Rudd (dcha.) y Kathryn Newton en la tercera entrega de "Ant-Man"Paul Rudd (dcha.) y Kathryn Newton en la tercera entrega de "Ant-Man"

Comedia subatómica

Es precisamente Majors, al que también podemos ver en cartelera dando vida al primer piloto negro de EE.UU. en «Devotion», quien atiende a LA RAZÓN desde Londres: «El UCM es una máquina muy bien engrasada, y aun así hay espacio para las estructuras orgánicas. Lo más importante ahí, por ejemplo, he aprendido que son las personas. Mi experiencia ha sido colaborativa, desde la construcción del traje hasta el maquillaje. Nunca hay suficiente tiempo, pero ha sido muy bonito ver cómo el equipo se volcaba en sacarle el máximo partido al personaje. Es, a la vez, circo y ballet», explica el actor, que da vida a un personaje muy singular: su Kang, mal que le pese, existe en todos y cada uno de los universos del Multiverso como fuerza de subversión. Por eso, ya le habíamos visto en la serie «Loki» y, por eso, le veremos en casi todos los proyectos de la Casa de las Ideas de aquí en adelante: «El negocio fue una parte importante de la decisión, pero ha sido un honor poder formar parte del UCM en términos de ambición. (Marvel y Kevin Feige) Me han enseñado una ambición que yo no sabía que tenía. Nunca habría apuntado hacia algo así», completa.

Y así, su personaje ejerce de anfitrión para Ant-Man y su hija (Kathryn Newton) en el mundo cuántico, por debajo de lo atómico y también de las expectativas para la película número 31 del UCM. Pese al esfuerzo actoral de Michael Douglas, Michele Pfeiffer y hasta un cameo de Bill Murray, el hombre hormiga se pierde en los detalles y gira sobre sí mismo, para que la continuidad (y la caja registradora) siga sonando tal y como en esas series de los setenta a las que homenajea en estructura circular la película. Aún así, Majors es capaz de brillar: «Siempre he creído que hay que hacer muchas cosas mal para encontrar el bien, hay que equivocarse. Y siempre he considerado que tengo una gran capacidad para convertir lo bueno en mejor. No soy diferente», remata.

-Todo el mundo alabó su trabajo en “Magazine Dreams”, que pasó por el Festival de Sundance, ahora llega su nuevo proyecto con Marvel y, después, la tercera parte de “Creed”, en la saga de “Rocky”. ¿Qué busca en un papel o en un personaje?

-Creo que todo tiene que ver con el proceso colaborativo. Por ejemplo, Michael B. Jordan se ha hecho cargo de “Creed III” y confío en él. Pero en “Magazine Dreams” trabajé con Elijah Bynum, y esta es solo su segunda película. Y luego, aquí, era una cuestión más textual, porque desde el principio se ha dicho que íbamos a tomar una dirección distinta. Si vuelvo a “Creed III” y a Michael B. Jordan, mi interés ahí pasa por él, por su energía, su aperturismo y su agresividad, porque está dispuesto a tomar ciertos riesgos. Incluso siendo la gran estrella que ya es. Me ha permitido, como actor, sentir eso, llegar a ciertos límites. Y lo mismo me ha pasado con Bynum. Aquí, Kevin Feige me abrió la puerta y me dijo: “Ve a por ello”. Tengo un buen sexto sentido sobre con quién trabajar y qué papeles tomar. Los más verdaderos, los más difíciles.

-¿Dónde buscó a su propio Kang? ¿En los cómics, en otros papeles, en otros actores?

-Mi proceso respecto a este personaje ha sido en términos absolutos. No puedes terminar repitiendo la actuación de otra persona. Kang es un poco todos los personajes a los que he interpretado, todas las personas a las que has conocido tú, en tu equivalente al Instituto. Has ido al Instituto con un tipo como él. Tú lo conoces. Quizá fue el director, quizá fue el quarterback, o quizá el que se sentaba solo en una esquina, pero le conoces. Si te permites recordarle, verás que le conoces. Es un arquetipo infinito. Interpreté, según el guion, lo que ese personaje me transmitía a mí y será la gente, los espectadores, quienes le pongan cara, quienes lo relacionen con alguien a quien conocen.

Dicho eso, hay ciertos lugares a los que puedes acudir con más facilidad. Kang es apodado “El conquistador”, ¿a quién más, a lo largo de la historia se ha apodado conquistador? ¿Quién tiene energía de conquistador en nuestra historia como especie? Puedes indagar en cualquier recoveco racial, étnico, religioso o cultural para encontrarte a estos personajes. Siendo yo el estudiante, pasé por ese proceso y, claro, por los cómics. Tienes que honrar al material original, siempre. Pero es un proceso continuo, que todavía sigue. Ya tenemos “La dinastía de Kang” en el horizonte, así que el trabajo debe continuar.