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Julián Herrero

José María Zavala: «En Italia, el Padre Pío es más famoso que Ronaldo»

El colaborador de LA RAZÓN ha cambiado de registro por un tiempo para dirigir una película sobre la vida y milagros del sacerdote, de cuyo fallecimiento se cumplen 50 años

José María Zavala / Alberto R. Roldán
José María Zavala / Alberto R. Roldánlarazon

El colaborador de LA RAZÓN ha cambiado de registro por un tiempo para dirigir una película sobre la vida y milagros del sacerdote, de cuyo fallecimiento se cumplen 50 años.

Dice José María Zavala que «con el Padre Pío, las cosas no suceden por casualidad» y que por ello ha terminado como director de una película basada en su vida, «El misterio del Padre Pío». Aunque buena culpa de ello la tiene el académico de cine Manuel Cristóbal, quien había leído alguno de los libros del autor e insistió en la nueva empresa. El escritor e historiador contestó que no, que carecía «de experiencia como tal», recuerda, «pero me insistió tanto que no tuve más remedio que aceptar». Fue el origen de una cinta que se estrena a nivel mundial el 23 de noviembre y que aprovecha su promoción para conmemorar ayer el 50 aniversario del fallecimiento del religioso.

–Desde que le conozco ha mostrado su admiración por el Padre Pío, ¿de dónde viene?

–Este gran santo –fue canonizado por Juan Pablo II– cambió mi vida. Lo tenía todo materialmente hablando: trabajo, casa, coche... Pero me faltaba lo más importante para ser feliz, aquello que no se puede comprar con dinero: Dios. Sin Él, y gracias al Padre Pío, descubrí que era un profundo desgraciado. Ahora me sucede todo lo contrario: vivo al día, pero soy muy feliz.

–¿Quién fue realmente el Padre Pío? Hasta él dijo ser un misterio para sí mismo.

–Su canonización fue la más multitudinaria en la historia de la Iglesia y en Italia es hoy más famoso que Cristiano Ronaldo. Hasta los camioneros llevan una imagen suya en la cabina. Tenía la capacidad de leer el alma de la gente, la posibilidad de estar en dos lugares distintos al mismo tiempo, profetizó que Karol Wojtyla sería Papa, llevó los estigmas de Jesucristo en manos, pies y costado, sangrantes a diario, durante cincuenta años consecutivos... Tuve acceso a su proceso de canonización y pude consultar centenares de testimonios, incluidos los informes médicos que acreditan todo.

–Jugando con el título de la cinta, ¿será siempre un misterio este hombre?

–Realmente es un misterio cómo el Padre Pío –«uno de los grandes hombres del siglo XX», en palabras de Javier Sierra– pudo vivir en un tiempo tan cercano al nuestro. Con razón, el periodista italiano Vittorio Messori le ha definido como «un meteorito del Medievo en pleno siglo XX». Yo añado que en pleno siglo XXI, porque está ayudando a muchas personas, como yo, a acercarse a Dios.

–El propio religioso ya avisó: «Haré más ruido muerto que vivo». ¿Se ha cumplido?

–Desde luego. Yo soy un vivo ejemplo de ello, pero conozco a centenares de personas que han dado también un vuelco a sus vidas por intercesión suya. Personas que estaban en paro, desahuciadas a causa de una enfermedad incurable, atrapadas en la droga y sin rumbo en la vida, incluso al borde del suicidio, que han vuelto a nacer tras la irrupción del Padre Pío en sus vidas truncadas. Personas que estaban alejadas de Dios y que ya no cambiarían su experiencia por ninguna otra.

–Sus méritos están ahí, pero, aun así, también tuvo bastantes enemigos, como monseñor Pascuale Gagliardi, que puso en duda esos estigmas aparecidos hace ahora 100 años.

–Le calumnió igual que otros hombres de la Iglesia, los cuales le acusaron incluso de mantener relaciones sexuales con sus hijas espirituales. El Padre Pío sufrió lo indecible porque esa persecución implacable provenía de quienes estaban en la misma barca de Pedro.

–Repasando la vida de este religioso, aparece una trama de cine: a «los malos» hay que añadir las escuchas que se le hicieron...

–Llegaron a colocarle micrófonos en el confesonario y en la celda. En la película desenmascaramos con detalle el complot urdido contra él. Sacamos a relucir documentos y testimonios desconocidos, que a buen seguro causarán gran impacto.

–¿Cuántos milagros se le atribuyen?

–Centenares. Pero sin duda me quedo corto. Le relataré uno de los más recientes: Ángela, una veinteañera, se ha curado de un tumor cerebral sin explicación médica alguna. Los especialistas son incapaces de explicarse la curación con solo rezar la Novena del Padre Pío.

–52 años dentro del convento, pero «se palpaba su presencia en todo el mundo», se dice. ¿Sigue hoy presente?

–Conozco testimonios de personas que le vieron sanando enfermos en Nueva York, cuando todo el mundo sabe que no salió de su convento en San Giovanni Rotondo durante todos esos años. También hay pilotos de cazabombarderos que durante la Segunda Guerra Mundial vieron a un fraile a bordo de la cabina del avión, que les salvó la vida.