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Kortajarena, un moderno San Sebastián en el Thyssen

El modelo posó para Miguel Reveriego como parte del reto #VersionaThyssen. Flavita Banana y la ilustradora Ana Santos también recrearon obras del museo

A la izqda., Kortajarena en la versión de Miguel Reveriego. A la dcha., el ‘San Sebastián’ de Bronzino
A la izqda., Kortajarena en la versión de Miguel Reveriego. A la dcha., el ‘San Sebastián’ de Bronzinolarazon

El modelo posó para Miguel Reveriego como parte del reto #VersionaThyssen. Flavita Banana y la ilustradora Ana Santos también recrearon obras del museo

Los museos españoles cada vez más hablan la jerga de los jóvenes, y para ello han lanzado sendas campañas digitales diseñadas para acercarse al público. Es el caso de #VersionaThyssen, una iniciativa que la pinacoteca madrileña inauguró en abril de este año en la que invitan a personas de entre 18 y 35 años a reimaginar algunas de las obras de su colección y subir sus nuevas versiones a Instagram. Los ganadores recibieron desde pases de acceso preferente al museo hasta un premio de 700 euros.

"Adán y Eva", de Jan Gossaert, se trasladó en la primera edición a la Puerta de Alcalá y "La carta amorosa", de François Clouet, cobró un aire futurista en la segunda. Para la tercera edición, el museo ha invitado a tres de artistas, que también forman parte del jurado, a realizar sus propias versiones: Flavita Banana, Ana Santos y Miguel Reveriego.

Los tres publicaron sus creativos resultados en Instagram, aunque, sin quitar mérito a ninguno, el de Reveriego ha llamado especialmente la atención. El fotógrafo especializado en moda ha contado con Jon Kortajarena para su versión del "San Sebastián"de Bronzino. El modelo, envuelto en una túnica roja y sosteniendo una flecha, posa en imitación del aniñado santo que el artista manierista pintó en Florencia alrededor de 1533.

La vida de un santo

San Sebastián, que durante años dio apoyo a otros cristianos apresados por su fe, fue nombrado defensor de la Iglesia por el Papa San Cayo. Cuando el Emperador Diocleciano supo de su religión mandó a sus soldados a que lo mataran lentamente con una lluvia de flechas que no hiriera los órganos vitales. Los soldados cumplieron: desnudaron a San Sebastián, lo amarraron a un árbol y le dispararon con cuidada crueldad.

Al cabo de un tiempo lo dieron por muerto, pero sus compañeros lo rescataron y lo llevaron a casa de una mujer llamada Irene que ayudó a curarle. Sin embargo, cuando se mejoró, San Sebastián volvió a enfrentarse al Emperador, que esta vez ordenó que fuera azotado hasta la muerte.

Flavita Banana ha elegido justamente un cuadro que continúa la historia del santo. "Mi versión la he titulado 'El Sebas, yonki postmoderno'", escribió la ilustradora en Instagram junto a su recreación de "San Sebastián atendido por santa Irene y su criada", atribuido a Dirck van Baburen (abajo, ambas versiones).