España

¿La crisis está en el precio?

La Fiesta del Cine, con 340.000 espectadores el lunes, genera largas colas en las salas

¿La crisis está en el precio?
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¿Podrían las entradas de los cines costar 2,90 euros en vez de 8,90 durante todo el año, y no sólo durante los tres días que dura la Fiesta del Cine? La respuesta parece obvia: una bajada del precio de aproximadamente el 66% ha llevado a un incremento de la asistencia del 550%. ¿Blanco y en botella? Pues no siempre es leche, advierten los exhibidores cinematográficos. La iniciativa puntual que desde el lunes y hasta hoy se lleva a cabo en 324 cines de toda España –juntos suman casi 3.000 pantallas– no sería sostenible ni viable de forma continuada. Y, por desgracia, no es la panacea para la huida de espectadores de las salas: sólo en 2012 se perdió el 4,25% del público. Pero entonces, ¿si se bajan los precios, no crece la demanda? Sí, está a la vista: ayer y anteayer, largas colas con público heterogéneo a la entrada de las salas certificaban que la medida tiene tirón popular. «Las cifras del lunes son casi como las de un domingo», asegura Borja de Benito, responsable de Comunicación de Fece, la Federación de Cines de España, una de las entidades que, junto a productores (Fapae) y distribuidores (Fedicine) organizan por quinto año estos tres días especiales. Una observación que corroboran las cifras: 1,5 millones de acreditaciones (para tener acceso a las entradas a 2,90 euros había que darse de alta en una página web) y 340.000 espectadores sólo el primer día, según las estimaciones que manejan, el 550% más que el lunes anterior.

«Sacad conclusiones»

Ayer, las reacciones eran entusiastas: «¿A quién se le ha ocurrido esta maravilla de iniciativa?», se preguntaba Álex de la Iglesia desde Twitter. Y otro cineasta, Daniel Sánchez Arévalo, iba más lejos, sumando dos y dos en la conclusión inmediata: «Qué maravilla la respuesta de la gente a la @fiestadelcine. Queridos (de verdad) distribuidores y exhibidores, sacad conclusiones y actuad». Montxo Armendáriz llegaba a una idea similar: «Dos reflexiones ante el éxito @FiestaDelCine: Hay que revisar precios entradas y la "piratería"no es la causa primordial de los males del cine». El propio ministro de Cultura, José Ignacio Wert, preguntado en los pasillos del Congreso, lanzaba una reflexión: «Me parece muy bien. Demuestra que la gente, cuando se le brinda una oportunidad, en este caso en términos de precio, responde a ella».

Los exhibidores, sin embargo, no lo ven tan claro: «Hay otros factores que influyen más que el precio. Es verdad que es elástico, lo vimos el año pasado con la subida del IVA: un pequeño aumento [no toda la subida repercutió en las entradas] se notó en la demanda. Pero por más que lo bajes siempre va a existir el problema número 1: la "piratería". Siempre es mejor alternativa no pagar nada que pagar 2,90 euros». Por no hablar de la compleja realidad de un sector que, de forma legal, permite hoy ver cine en casa casi de estreno a 3 euros (en la plataforma Filmin, por ejemplo), o a 3,95 (iTunes). Y la idea, quizá en un análisis poco exacto, pero que el espectador siente en su bolsillo, de que una familia de cuatro miembros –padre, madre y dos hijos– se deja en una sesión, a nueve euros la entrada, no menos de 50, contando palomitas y bebidas. Ayer, paradójicamente, la gente aprovechó la oportunidad de ver cine por cuatro perras sin caer en la «trampa» de los extras, y las colas eran sólo fuera, no en la barra de las palomitas, pese a que podría pensarse que el ahorro invitaba a darse un festín.

Ya es el quinto año que esta bacanal de tickets tirados de precio se hace en España y los resultados van in crescendo. Pero sus organizadores, satisfechos por el éxito, rebajan la euforia cuando se les hace la pregunta del millón: «Pese a ese 550%, las cuentas no salen: se pierde dinero». ¿Entonces? «Es una iniciativa que lo que busca es que la gente vuelva al cine». Hay, explica De Benito, gastos extraordinarios derivados de mantener los cines abiertos con el personal al completo durante los tres días. Y matiza: «Una de las claves por las que tenemos esta aceptación es porque se trata de un periodo corto de tiempo: esto no es sostenible a lo largo del año. Aparte de que cada cine tiene sus ofertas: tarjetas de fidelizacion, descuentos...», prosigue. Lo que no descartan es no limtar la experiencia a una cita anual. En Francia, esta promoción funciona desde hace tres décadas y allí se hace unas tres veces cada año. De hecho, el precio en España para la primera edición, 2 euros, se tomó del francés, el modelo a seguir. Este año ha pasado a 2,90, pero a cambio no es necesario adquirir previamente una entrada para alguna película a precio normal otro fin de semana, como se ha hecho en las cuatro ediciones anteriores, sino que basta con acreditarse de forma gratuita on-line. En Italia se ha hecho también por primera vez en junio. «Cada año hemos ido superando el número de espectadores, también es verdad que hemos ido ajustando la mecánica, viendo qué días funcionaban mejor, en qué fechas y de qué manera. Primero se hizo en junio, luego en septiembre y ahora en octubre, porque por cartelera y estrenos era lo mejor para que la gente participara», añade el representante de los exhibidores. En 2012 lograron 760.000 espectadores y este año aspiran a romper esa cifra.

Un gesto de apoyo

La acreditación previa, explica, les sirve para contabilizar el interés que despierta la iniciativa y controlar su distribución geográfica, «aparte, queremos ese pequeño gesto de apoyo, y ver la respuesta de la gente». Los cines participan de forma voluntaria, pero están casi todos los que son, con un 95% de los existentes adheridos a la promoción.

Es curioso: aunque aumente la afluencia, las costumbres no cambian. Según los datos que manejan los exhibidores, casi no ha habido variación en estos tres días en las películas más vistas respecto al fin de semana. En el «Top 10», casi idéntico al del fin de semana, ha funcionado algo mejor el cine familiar.