La taquilla de Hollywood toca fondo
La sequía de ideas (las secuelas y «remakes» son los reyes) ha hecho mella en el «box office». Los expertos auguran una caída de entre un 5 y un 10 por ciento en la recaudación de las grandes apuestas de las «majors», que se han estrenado con cifras más bajas de lo esperado.
La sequía de ideas (las secuelas y «remakes» son los reyes) ha hecho mella en el «box office». Los expertos auguran una caída de entre un 5 y un 10 por ciento en la recaudación de las grandes apuestas de las «majors», que se han estrenado con cifras más bajas de lo esperado.
Llega el calor y Hollywood activa la maquinaria del «blockbuster». Los meses de julio y agosto son escenario tradicional del combate entre las «majors» por hacerse con el favor del público en sus días de ocio. De hecho, el verano es la época en la que los estudios recaudan un 40 por ciento de sus ingresos totales. Y, como viene siendo habitual en los últimos años, las sagas son el arma más potente de la meca del cine para que el ritmo no pare. Pero, ¿se está agotando la gallina de los huevos de oro? Los buenos resultados de «Guardianes de la Galaxia, Vol. 2» en su estreno hace un mes, conquistando la taquilla norteamericana con 145 millones de dólares, podrían ser solo un espejismo de una dinámica que amenaza con resquebrajarse este verano. Los expertos en el «box» predicen que la recaudación desde mayo hasta el «Labor Day» (el primer lunes de septiembre, tradicional fin de las vacaciones en Estados Unidos) va a caer entre un 5% y un 10% respecto al año pasado. A no ser que se enmienden las previsiones, se estima que la recaudación total no supere los 4.000 millones de dólares, mientras que en 2016 se alcanzaron 4.450 millones. Sería la peor taquilla de la última década.
Para los expertos no es tan probable que un filme dé la campanada y enmiende una dinámica que se antoja en declive. De hecho, el estreno el 22 de mayo de «Piratas del Caribe: la Venganza de Salazar», quinta entrega de las aventuras de Jack Sparrow, y de «Alien: Covenant», el regreso de la mítica saga iniciada en 1979, no ha sido todo lo bueno que se esperaba. Seguimos hablando de muchos millones de dólares, pero menos de lo esperado. En concreto, 350 en la primera semana de «Piratas», que, sin embargo, suponen el peor estreno de la exitosa saga de Disney; y 36 millones en el fin de semana de estreno de «Alien», 15 menos que la anterior entrega, «Prometheus». Algunos ejecutivos de Hollywood ya se muestran preocupados por el hecho de que la industria está basando prácticamente toda su producción en secuelas que ya empiezan a echar tufillo. ¿Resistirán sagas tan manoseadas como «Transformers» al agotamiento que está mostrando la taquilla americana?
w Gallina sin huevos de oro
Según Chris Aronson, presidente de distribución de 20th Century Fox, estudio responsable de «Alien: Convenant» y que el 14 de julio estrenará «La guerra del planeta de los simios» (una de las grandes apuestas del verano), muchos de los títulos que se presentan no tienen «suficiente peso» como para aumentar la cifra de recaudación respecto al año pasado. A esto hay que añadir que la series de televisión y el «streaming» están provocando que parte de la audiencia se quede en su casa en vez de acudir a una sala de cine. La calidad de las ficciones para televisión está pasando factura a la pantalla grande. Parece que aclamadas series como «Narcos», «Juego de Tronos» o «13 razones» tienen mucha más repercusión en las redes sociales que cualquier título cinematográfico. Para Jeff Block, analista de taquilla, estas series están creando un «efecto boca a boca de una dimensión mucho mayor que cualquier película».
A pesar de que los estudios siempre han confiado en las secuelas como una fórmula exitosa para asegurarse la máxima recaudación posible (la famosa «gallina de los huevos de oro»), la realidad es que este modelo parece no estar viviendo sus mejores momentos. El pasado año secuelas como «Star Trek», «X-Men» o «Independence Day» hicieron menos dinero que sus antecesoras. Sin embargo, los ejecutivos no quieren apearse del burro y siguen apostando por sagas conocidas antes que arriesgarse a producir contenido original. A veces, es más la repercusión internacional que nacional la que salva un determinado producto, como ha sucedido con «Piratas del Caribe», estrenada previamente y a lo grande en Shanghai, lo que ha hecho que rompa todas las cifras en China, salvando el barco de Disney.
Lo que se avecina son títulos conocidos porque, en modo de precuela, secuela, «reboot» o «spin off», remiten a cintas previas. La vuelta de «La momia», con Tom Cruise como gran reclamo, que ha echado a andar esta misma semana en taquilla, se antoja solo un precalentamiento para la verdadero prueba del «9» del formato de sagas con el estreno, el 28 de julio, de «Spider-Man: Homecoming». Sony Picture se la juega con un reinicio de la serie y un nuevo y rejuvenecido Peter Parker encarnado por Tom Holland. Sony espera abrir fuego en la taquilla norteamericana con 135 millones el primer fin de semana. ¿Secundará el público este lavado de cara de la saga iniciada en cines en 2002? Pero el universo Marvel también cuenta con otra bala en la recámara: «Transformers: The Last Knight» (que se estrenará esa misma semana) y que retorna bajo la batuta del siempre controvertido Michael Bay. En esta ocasión la tecnología Imax 3D va a jugar un papel clave.
En lo que se refiere al género de animación el verano tampoco va a deparar criaturas nuevas. Illumination Entertainment junto a Universal retornan con «Gru 3» (el 30 de junio) y Pixar con «Cars 3» (14 de julio), la que probablemente sea la más floja de todas sus franquicias. Pixar Animation, un estudio que siempre se había caracterizado por la calidad de sus proyectos originales y su lejanía del corporativismo hollywoodiense, ha caído en la misma dinámica de explotar sus filmes más exitosos desde que fuera comprado por Disney en 2006, aunque la recaudación de las mismas no les ha ido mal, pero esa esencia más independiente parece haber visto mejores tiempos.
Hoy en día no hay nada más peligroso en Hollywood que una idea original. Para los estudios está resultando casi imposible dar luz verde a cualquier proyecto que no venga avalado por una cinta previa exitosa. Prácticamente casa semana veraniega sin excepción se va a estrenar una filme perteneciente a una franquicia y cuyos presupuestos de producción rebasan con facilidad los 100 millones de dólares. Teniendo en consideración que 10 de las películas más taquilleras de 2015 y 2016 fueron «remakes» o franquicias, la posibilidad de crear material original se disipa en el horizonte. Los guiones originales brillan por su ausencia y quien espere encontrar entre la avalancha de estrenos de estío una cinta que no sea precuela, secuela o una versión de un clásico ha de armarse, no ya de valor, sino de paciencia. Disney es, sin duda, el rey en lo que ha este tipo de material se refiere: posee Marvel y el universo «Star Wars», aparte de dominar el mundo de la animación con Pixar y sus propias producciones a través de Disney Animation.
El resto de los estudios no cuenta con ese baúl de propiedad intelectual, pero intentan escarbar entre sus éxitos pasados para poder explotarlos, eso sí, no siempre con fortuna contante y sonante. En 2016 hubo más de un puñado de títulos que se pegaron un batacazo de dimensiones considerables, entre ellos, «Ghostbusters» (vendida como una de las grandes apuestas de la compañía y que fracasó estrepitosamente), «Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows» o «Independence Day: Resurgence». Todas ellas hicieron perder millones de dólares a los estudios que las produjeron pensando que sería una manera fácil de hacer dinero. Esto provocó que la recaudación de taquilla bajara un 10 por ciento con respecto al año anterior. Según Jeff Block, analista de «box office», si para el final del verano no se ve una mejora, será necesario un cambio fundamental en la industria. Pero, ¿está preparado Hollywood para sacudirse el marasmo y reinventarse?