Auge y caída de los Moscardó

La danza del sol es un ritual de agradecimiento por la vida que se practica en diferentes tribus de América del Norte. Isabel Alba (Madrid, 1959) la ha elegido como título, sin duda hermoso, de su nueva novela y también como tema inspirador en una historia protagonizada por seres frustrados e infelices que buscan el bienestar de un hotel en la playa durante un fin de semana. La familia Moscardó es el núcleo de la historia coral en la que participan personajes de orígenes muy diferentes. Todos ellos arrastran su porción de dolor, a veces pequeña, material, como la recurrente necesidad de dinero y en otras ocasiones un dolor mucho más profundo ocasionado por terribles pérdidas. Los Moscardó, con su deseo de pasar un fin de semana barato en un hotel de playa, sus envidias ocultas, sus mentiras y la abuela que ha dejado su hogar para vivir seis meses en la casa de cada hijo, resultan tristemente familiares y reales.

Cada uno de ellos vive el presente con continuas inmersiones en su mundo interior, que los lectores conocen gracias a la habilidad de la autora para alternar el momento actual con los pensamientos, recuerdos y deseos de todos los personajes: el animador, la camarera o el turista alemán, entre otros. Y cerca de ellos otros personajes que no están en el hotel, hombres que también arrastran sufrimiento y desean descargar su odio a través de la violencia.

Mosaico de la realidad

La novela se estructura en pequeños fragmentos que van componiendo un mosaico de la realidad actual lleno de pequeños detalles, sentimientos, desilusiones y también esas sorpresas brutales que ofrece la vida. La tragedia acecha y las pequeñas teselas de este mosaico lo advierten de forma sutil antes del final sobrecogedor. Isabel Alba ha escrito una novela magistral, con personajes y situaciones perfilados con realismo, ternura y también poesía. La estructura es un prodigio calculado al milímetro para transmitir de forma dosificada una visión de nuestra época, no solo de este país, también de otras gentes que están al acecho porque nuestra aparente tranquilidad les resulta insultante y nos hace culpables. Y su forma de mostrarlo es sembrar de tragedia las vidas de desconocidos.

En muchas tribus la danza del sol se acompaña de ofrendas a dioses crueles que se complacen con una porción de carne de un animal bañada en sangre. Solo al final el lector comprende en toda su amplitud el significado del título. «La danza del sol» es una novela de lectura imprescindible para recordarnos lo que somos, de dónde venimos y dónde estamos. La importancia de bailar al sol como y con quien deseemos porque la música puede dejar de sonar en cualquier momento.