Cultura

Crítica de libros

Bram Stoker más allá del terror

Bram Stoker más allá del terror
Bram Stoker más allá del terrorlarazon

Se sabe: es posible que un hipotético lector, al pensar en Bram Stoker, el nombre se le aparezca asociado, al instante y casi naturalmente, al conde Drácula, el personaje de Transilvania inventado por el célebre escritor irlandés y que terminó eclipsando, muy a pesar suyo, el resto de su abundante obra. Una obra que, sin embargo, además de esta novela que fue publicada a finales del siglo XIX y marcó el género de terror del siguiente siglo, abarca también muchas otras novelas, varios poemas, diversas adaptaciones teatrales, crónicas, artículos y textos de no ficción y numerosos cuentos y relatos.

Esos últimos son los que ahora ha tenido el tino de reunir Páginas de espuma en un solo y único volumen y en el que están incluidas las dos antologías publicadas en vida por Bram Stoker («El país bajo el ocaso», de 1881, y «Atrapados en la nieve», de 1908) una tercera («El invitado de Drácula y otros relatos inquietantes», de 1914) que su viuda, Florence Balcombe, hizo editar dos años después de la muerte de su esposo, más unos cuantos relatos que quedaron dispersos entre sus papeles.

Preparado por Antonio Sanz Egea, este grueso volumen cuenta acertadamente con nuevas traducciones que estuvieron a cargo de Jon Bilbao, con lo cual se trata de una edición cuyo lenguaje ha sido renovado y adaptado al de nuestro tiempo, algo que, tratándose de una obra que fue escrita hace más de cien años, el público lector lo agradecerá. Así, desde el «El jarrón de cristal», publicado en 1872 en el periódico inglés «London Society», hasta el último, «El amor más grande», los cuentos del libro están ordenados según un estricto orden de publicación. En ese sentido, el orden muestra no solo la evolución estilística y temática de un escritor para quien la literatura era, ante todo, placer, sino también la diversidad de su impulso creativo, que iba más allá de ceñirse al género estrictamente fantástico y de terror y lo llevaba a incursionar en la narrativa de aventuras, en el relato gótico o en los cuentos de piratas en los que se dejaba traslucir, debajo de la trama, un evidente sentido del humor.

Adicción por la lectura

También aparecen, como no podía ser de otro modo, cuentos notables del género de terror como «El entierro de las ratas», «La casa del juez» y «El sueño de las manos rojas», fruto de su incansable proceso de escritura y de su temprana adicción por la lectura que le inculcó su madre, quien durante su infancia (Bram Stoker permaneció algunos años en la cama, producto de una rara enfermedad) hizo de tutora y lo introdujo en el universo mitológico de Irlanda, lleno de duendes y de historias terroríficas. De esa atmósfera (y de una arquitectura que por momentos parece tomada de su pasión por el teatro) está impregnada toda su obra, en especial su célebre novela. Pero también estos notables cuentos completos, escritos por uno de los autores más importantes de todos los tiempos, a pesar de haber muerto pobre, y casi olvidado, un día de abril de 1912, en Londres.