Contra los nazis 28 días
En Varsovia, en 1943, mientras los nazis levantan el gueto en el cual encerrarán a todos los judíos de la ciudad, Mira, una adolescente de dieciséis años, hace lo imposible para salvar del desastre a su madre y a su hermana (quienes están a punto de morir de hambre) mediante la astucia y el contrabando. Sin embargo, cuando los nazis ponen en marcha la solución final, ella se ve en la obligación de redoblar sus esfuerzos y unirse a la Resistencia durante veintiocho días, un tiempo en los que se sublevará junto a muchos jóvenes y en los que deberá enfrentarse a unos enemigos que no tienen piedad. También, a un dilema que bulle en su mismísimo corazón. Ése es el trayecto que hace la protagonista (un trayecto que, por momentos, se transforma en una ecuación ética) de «28 días», la nueva novela del exitoso escritor alemán David Safier, quien deja atrás la clave de humor que impregnaron sus libros anteriores para volcarse en una historia sentimental y profunda cuyo centro es nada menos que uno de los acontecimientos bélicos que marcaron el siglo XX.
Trama lineal
Valor, habilidad, emociones y tristeza se unen, así, en una trama lineal, sin tropiezos, que recrea el espíritu de la época y el tempo sobre el cual se sustenta el argumento y la arquitectura cronológica de la novela. En ese sentido, los veintiocho días a los que alude su título son el marco donde concentra la esencia misma de lo que se propuso Safier: dar vida al relato de una mujer que sobrevivió al espanto y necesita saber, setenta años después, qué clase de persona es. Porque Mira, para hacer que su madre y Hannah, su hermana de doce años, puedan seguir viviendo dignamente bajo el maltrato nazi, es capaz de hacer lo que sea. Incluso de tomar un arma. Ha visto a muchos otros hacer cosas peores y terribles por un pedazo de pan, cosas que observa a menudo en las calles de Varsovia y que Safier, que se ha sumergido en muchas historias narradas por supervivientes del gueto, narra de manera vívida. Como señala el autor en una entrevista reproducida al final del libro, «gran parte de la locura, de la grandeza, pero también del horror parece inventada, pero es real». Ahí, quizá, resida el acierto de esta obra: en saber colocarse en el lugar del personaje para preguntarle al lector qué haría si tuviera que salvar a su familia del exterminio.