El dragón chino estalla
En la primera línea del prólogo de «La familia», su autor habla de «Resurrección», de Tolstói, que aparece citada a menudo a lo largo de la novela. El protagonista, trasunto del autor, es Juehui y tras la lectura de Tolstói llega a la conclusión de que la vida es una tragedia, pero da un paso más para afirmar que en realidad es una lucha. Ba Jin describe la vida cotidiana en la China de los años veinte. Vientos de renovación social y revueltas militares amenazan a una sociedad atrapada en una forma de vida que obliga a cumplir anquilosadas y crueles tradiciones feudales en las que la felicidad y la libertad no tienen cabida. Juehui es el más pequeño de los tres hermanos de la gran familia Gao que ha llegado a reunir en su casa cuatro generaciones. El hermano mayor sacrifica sus ilusiones imbuido por la teoría tolstoiana de la resistencia pasiva y la reverencia familiar y accede a un matrimonio concertado a los diecinueve años, pero Juehui se rebela y huye. «La familia» es una novela que hay que leer sin olvidar su contexto histórico. Los jóvenes sufren entre la resignación y la rebelión y nadie parece dar especial importancia al hecho de que un general espere con sus tropas dispuestas para atacar en las puertas de la ciudad. La familia se encamina hacia la decadencia acosada por vientos de modernidad y revueltas militares.
En la celebración del Año Nuevo un gran dragón rojo recorre las casas principales. En la de los Gao se divierten tirándole objetos que queman a los porteadores e incendian el dragón, que es de papel. Una excelente metáfora de China a principios del siglo XX: un gran dragón a punto de estallar.