Crítica de libros

El egregio loco de Maupassant

El egregio loco de Maupassant
El egregio loco de Maupassantlarazon

Esto no es una biografía. O no es, al menos, una, digamos, biografía al uso: es decir, esos relatos que siguen el curso cronológico de una vida y que se detienen en los hitos más importantes del biografiado aunque sin indagar en otros detalles, menores pero que puedene resultar esenciales, como el aspecto psicológico, la relación del biógrafo con el biografiado y con todo aquello que rodea su vida y que, a veces, suele pasar desapercibido. Detalles como, por ejemplo, una receta de cocina, el compartimiento de un tren o elucubraciones varias del biógrafo sobre algunos elementos que, quizá, a otro biógrafo le resulten poco importantes para abordar.

«Maupassant y “el otro”», de Alberto Savinio, escapa a esa clase de biografías que están escritas, como señala el autor de este maravilloso y breve libro, en un «estilo sepulcral», algo que, como señala Savinio, le parece particularmente fuera de lugar en una biografía de Maupassant, dado que el único mérito que éste autor francés tuvo como escritor fue, precisamente, «mostrar a hombres y cosas en su desnuda realidad».

Así, en esta biografía que, más que pertenecer a este género, es una narración sostenida por el merodeo y la digresión, Alberto Savinio se introduce en la vida de Maupassant a partir de una frase de Nietzsche (tomada del «Ecce homo») y que define al autor de cuentos como «El horla» o «El diablo» como «un verdadero romano». Pero esa definición, como afirma el propio Savinio en un juego constante en el que hace partícipe al lector, no únicamente ilumina mejor la figura de Guy de Maupassant, sino que, dado que es difícil comprender lo que en verdad quiso decir el filósofo alemán, atrae «con más fuerza que una definición exacta», que «una definición profunda».

Es que Savinio (pseudónimo de Andrea de Chirico, hermano, por más señas, del emorme pintor surrealista Giorgio de Chirico) se camufla detrás de la doble figura de biógrafo y narrador bajo el nombre de Nivasio (anagrama del pseudónimo) Dolcemare, un hombre que arriba a París en el año 1910 sin que se sepa muy bien por qué lo hace y, a partir de allí, en lugar de seguir la peripecia vital de Maupassant, se decide por coger atajos inesperados y senderos imprevistos para acercarse desde otro lugar a la vida y la obra del autor francés.

Rechazo al matrimonio

En ese sentido, Savinio no solamente se inmiscuye en los rasgos más relevantes de Maupassant (la hitsoria de su padre ausente, cuyo nombre era el mismo que su maestro Gustav Flaubert, su vida sexual, su rechazo al matrimonio), sino que también es capaz de indagar en otros aspectos que pueden resultar solo en apariencia irrelevantes para, finalmente, centrarse en el corazón de la biografía: el lento y tremendamente tortuoso camino que llevó al escritor nacido en la ciudad gala de Miromesmil en 1850 a la locura, al encuentro con ese otro que se ha apoderado de él y de quien no podrá desprenderse ya hasta el mismo día de su muerte.