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El sanguinario nacimiento de una nación

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  • La Razón es un diario español de información general y de tirada nacional fundado en 1998

  • Diego Gándara

    Diego Gándara

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Hay novelas grandes que lo son no solamente por su cantidad de páginas, sino porque, en ellas, el autor ha decidido contarlo absolutamente todo. Y contarlo con una fuerza narrativa tan hipnótica como deslumbrante. Eso es lo que ha hecho Philipp Meyer en esta novela que fue finalista del premio Pulitzer 2014, donde, en casi seiscientas páginas, el autor estadounidense traza la genealogía de una familia del Lejano Oeste, desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días y, de paso, cuenta, con una diversidad de estilos y registros, la formación de un Estado, un país, una historia. Comienza en 1849, en la recién proclamada República de Texas, donde acaba de instalarse, en unas tierras que les fueron concedidas tres años antes a la familia McCullough. Eli, el primogénito, es el primer varón de la familia, pero no permanecerá mucho tiempo allí, ya que una noche en la que no está su padre los comanches arrasan el rancho en el que viven y, tras matar a su madre y a una de sus hermanas, se lo llevan con su hermano menor, que también acabará muerto, y lo convierten en uno de sus cautivos. La experiencia no resultará traumática, pues Eli crecerá en medio de la tribu y se convertirá, gracias a su astucia y valor, en el hijo adoptivo del jefe comanche.
Novela de largo y pausado aliento, «El hijo» es un relato perfectamente ejecutado. A través de más de un siglo y medio de historia, Meyer combina la narración épica, la aventura, la saga familiar y, sin necesidad de caer en el costumbrismo estéril, compone un cuadro vívido y elocuente de un lugar y de una época: la llegada de los primeros colonos a Texas, las relaciones entre mexicanos y anglos, el combate aniquilador con los pueblos originarios, la Guerra de Secesión y el implacable desarrollo político y económico de un sitio que se construyó a base de codicia y que se convirtió, con el devenir de la historia, en tierra de terratenientes y de magnates del petróleo.