Isla en verso
Poesía
En el último lustro, Miguel Martinón (Tenerife, 1945) ha llevado a cabo su titánico proyecto de publicar, en tres gruesos tomos, en esta misma editorial, una antología de la poesía canaria distribuida en «moderna», «contemporánea» y «actual», desde mediados del siglo XIX a nuestros días. Titánico porque, además de homologar las referencias bio-bliográficas, autor por autor, contextualiza, en cada tomo, los cambios sociológicos de las Islas en que se renuevan las corrientes poéticas. Su amplia labor como filólogo y divulgador –fue secretario de redacción de la revista «Syntaxis» (1983-1993)– se combina con su creación poética, con una decena de títulos, rotulada de «esencialista» –en que la isla se iguala a la página–, afín, por ejemplo, a Sánchez Robayna. Sólo que, en el caso de Martinón, se recargan las tintas existenciales.
Lo mismo que el anterior poemario, «Desde este otoño» (2008), «Penúltimo mar» alude al paso del tiempo, pero con la voz aún celebratoria y esperanzada. Tantea lo prístino del paisaje insular y aspira a encuadernarse en él: fundirse con «la luz desnuda, el aire solo aire, ya sin formas ni olores ni sonidos». Se trata de drenar el tiempo para que surta en plenitud el espacio isleño. Pero advierte la dualidad de la memoria, que es a la vez el instrumento de convocar y su obstáculo, para abordar un espacio que se pliega y despliega como un acordeón.