J. J. Sullivan, en el país de la fantasía
Los americanos se interesan por sí mismos. No es para menos: esparcieron su cultura alrededor del mundo y se regodean en ella analizando la pertenencia a un lugar que puede ser un sueño o simplemente una pesadilla. Iconos, símbolos, figuras y episodios que forman parte del runrún cotidiano de la vida en Estados Unidos y que tienen, sin embargo, un costado desconocido. Hacia ese costado viaja el escritor y periodista John Jeremiah Sullivan en las crónicas de «Pulp-head» (que en 2011 fue elegido por varias revistas americanas como uno de los mejores libros publicados) donde ofrece un panorama bastante amplio de la cultura popular americana de los últimos quince años. Lo hace, además, como si fuera un testigo indiferente, pero atento a los pequeños detalles que, junto a un estilo que pendula entre la ironía, la inteligencia y la información, combinan la historia privada con el consumo colectivo.
Missouri, Indiana, Nueva Orleans y el Mississippi son algunos de los tantos parajes en los que Sullivan (nacido en 1974 en Kentucky, colaborador habitual de diferentes medios) hace escala para desmenuzar la vida de Axl Rose o de Michael Jackson («de entre todas las cosas que convierten a Michael Jackson en un misterio, tal vez pensar que lo conocíamos es la más engañosa», afirma Sullivan sobre el astro musical), meterse en un festival de rock cristiano, adentrarse en las cuevas de los pueblos primitivos del Mississippi, colaborar con un refugio de la Cruz Roja apenas pasado el Katrina o, cómo explica en el brillante prólogo sobre su visita en familia al Walt Disney World Resort de Florida, «disnear» en las ciudades de fantasía que el creador de Mickey Mouse pensó para los niños que, en este joven milenio tan certeramente retratado por Sullivan, han aprendido que de un apellido se puede hacer un verbo: «disnear».