Cultura

Crítica de libros

La niña que cambió tu vida

La niña que cambió tu vida
La niña que cambió tu vidalarazon

Una literatura de personajes. Ésa es la propuesta de la escritora estadounidense Anne Tyler, quien a lo largo de más de veinte novelas ha ido componiendo una obra prolífica hecha de historias sencillas, cotidianas, sostenidas con una leve trama y en la que lo esencial no pasa por el argumento, sino por los personajes, por la mirada que estos, en general, a través de sus experiencias, van teniendo sobre la vida misma.

Obra número veintidós de la escritora que creció en el seno de una familia menonita, que lleva desde hace muchos años en Baltimore, que prácticamente no da entrevistas y vive una vida silenciosa dedicada a escribir una novela tras otra, en «El baile del reloj» Tyler presenta a un personaje cercano como Willia Drake, una mujer que de niña perdió a su madre, que se casó muy joven y que quedó viuda, también, muy joven: a los cuarenta años. Poco se sabe, sin embargo, sobre lo que ha pasado después, pero el tiempo vuelve a mostrarla unos años más tarde, ya convertida en una abogada que está dejando de ejercer la profesión, en una mujer de más de sesenta y con dos hijos, que vive en la ciudad de Arizona con un nuevo marido mientras se pregunta si ha sido, entre otras cosas, una buena madre.

Hacia el punto de partida

Anne Tayler se centra en la cotidianidad de Willia, en su movimiento constante por una realidad azarosa y contigente que le abre, no obstante, nuevas posibilidades. Nada extraño ni fantástico en cualquier caso: porque una llamada telefónica en la que se le informa que a su nuera Denise, la ex novia de su hija, le han disparado, se convertirá en una ofrenda que la llevará de vuelta al punto de partida, pues Willia no dudará en hacerse cargo del cuidado de Cheryl, la hija de Denise, de nueve años, a la que adora como a una nieta, y de su perro.

Novela de personajes, sí, pero también novela de detalles, de momentos imperceptibles y minuciosos que, aunque no sostengan una trama que necesariamente deba resolverse, constituyen el corazón de la misma a través del que se articula el libro. En ese sentido, Anne Tyler (que en 1989 recibió el Premio Pulitzer por «Ejercicios respiratorios») se muestra treendamente cuidadosa con el retrato que compone de Willia. En eso reside, en cualquier caso, el encanto de una obra como «El baile del reloj»: en que Tyler ha dibujado un personaje que es totalmente creíble en medio de la vida doméstica y al que persigue desde una cercana distancia por los caminos que el deseo le exige tomar, pues lo más importante de todo, parece decir Tyler como mensaje que incluye las páginas del libro, es el camino, el camino propio, el que conduce a la felicidad.