Crítica de libros

La vida es cine

La vida es cine
La vida es cinelarazon

Patrick Dennis (Illinois, 1921–Nueva York, 1976) es uno de los tres pseudónimos que utilizó Edward Everett Tanner, icono de la bohemia de Nueva York que se convirtió en un escritor muy popular a raíz de la publicación de su novela «La tía Mame» (Acantilado, 2010), uno de los libros más vendidos en Estados Unidos durante el siglo XX. Su predilección por los personajes excéntricos y alocados de irresistible atractivo se hace especialmente evidente en «Genio», una sátira hilarante del mundo del cine en la que Dennis además de narrador es uno de los protagonistas principales, un escritor que sufre los sablazos de un director de cine arruinado, pero que no puede evitar sentirse fascinado por ese hombre sin escrúpulos.

Dennis estuvo muy vinculado al cine durante los años cincuenta y sesenta y se mueve con ironía y soltura en la trastienda menos glamurosa de Hollywood. La mayor parte de la trama transcurre en Ciudad de México, donde se refugian todo tipo de artistas buscando un lugar barato para vivir. Por allí deambulan actores, directores, guionistas, nobles arruinados, hijas desconocidas, nobles ingleses de dudosa autenticidad y el autor, representado con su nombre y dando vida a un escritor en plena sequía narrativa.

La larga lista de personajes deja historias inolvidables, como la de la actriz mexicana que rodó una sola película en la que hacía de muda porque tenía una voz horrible y únicamente se veía su bello rostro porque las piernas eran muy feas. Hasta los mexicanos parecen sumarse a este «nada es lo que parece», aunque es muy divertido: «Nosotros somos así, estamos llenos de trucos y sorpresas, y cada día nos esforzamos por superarnos», dice uno de los personajes. Palabras que podrían resumir este libro tan entretenido como el camarote de los hermanos Marx.