Buscar Iniciar sesión

La vida es un cabaret

larazon

Creada:

Última actualización:

José C. Vales ha ganado el Premio Nadal con una magistral novela polifónica construida con la precisión de una obra de ingeniería y la sabiduría de un hombre de muchas letras. Un terrible suceso tiene lugar en el verano de 1925 en la ciudad de Biarritz: el cadáver de una joven dependienta de una librería de la localidad aparece atrapado por un pie en una argolla del muelle tras una terrible galerna. Quince años después, en 1938, un editor de París encarga a un joven y apasionado escritor, George Miet, el trabajo más importante de su carrera, que investigue aquellos hechos para escribir una novela «seria».
Miet se entrevista con todas las personas que pudiesen haber estado relacionadas, de forma más o menos directa, con el suceso y con la joven muerta. Por sus entrevistas pasan individuos de toda la escala social: criadas, policías, fotógrafos, princesas, artistas, una pintora, una bailarina, una cocinera... incluso hasta una monja.
Un sugerente fresco
Las minuciosas y sucesivas declaraciones van enmarañando la trama. Aparecen nuevos personajes que aportan datos con resultados aún más dramáticos de lo esperado, hasta llegar a un total de cinco muertos. La ingeniosa estructura muestra la habilidad del autor para jugar con la trama y, al mismo tiempo, tener la oportunidad de realizar un sugerente fresco de la sociedad francesa durante los felices años veinte, una época enloquecida que quería romper con la tristeza que provocó la Gran Guerra y sus consecuencias. Momento histórico de vitalidad totalmente abrumadora en el que la libertad y la pasión se adueñan de las mujeres más decididas. Es el caso de la bella Beatrix Ross, fascinante e inolvidable personaje que conduce un descapotable de color rojo y luce escandalosos trajes de baño. En oposición a ella y mostrando la amplitud del arco social que se muestra, está la señora Villequeau, una mujer que es víctima de una terrible y autodestructiva penitencia religiosa. Precisamente su marido, el periodista Vilko, acompañado del fotógrafo Galet, son los principales investigadores cuando sucedieron los hechos.
La acumulación de datos y bibliografía es ingente. Las abundantes notas a pie de página son un prodigio de ironía y sentido del humor en las que no se salva nadie; los escritores «son la desdicha de la sociedad» y tampoco los periodistas o los jueces salen mejor parados.
Cuando, ya casi al final, aparece el Cabaret Biarritz, recordamos al maestro de ceremonias de la gran película de Bob Fosse y vemos el guiño de Vales invitándonos a entrar y recordándonos que allí están todos, pero nada es lo que parece.

Archivado en: