Los muertos hablan con Ricciardi
Vuelve el comisario Ricciardi, la quinta entrega de la saga ligada al Nápoles de los años 30. Y lo hace por Navidad. Pudiera tratarse de una novela histórica, pero aquí es pretexto ambiental para marcar, con la nostalgia y la grisura prebélica, el estado de ánimo del nihilista comisario. Unos años de fuertes contrastes entre las clases humildes y una burguesía clasista que une su destino al ascenso en la milicia fascista. La saga de Maurizzio de Giovanni es el exponente más acabado de la novela policiaca posmoderna en su vuelta a las jornadas del folletín romántico. Se trata de crear un mundo propio, el del problemático Ricciardi, ensanchándolo a cada entrega con información novedosa sobre el protagonista y los personajes secundarios. El lector busca una aventura autoconclusiva, como las de Sherlock Holmes o Hércules Poirot, pero quiere que se añadan nuevos datos de las vivencias del héroe, de su vida amorosa y preocupaciones y una vívida recreación de su entorno.
Sin duda, nos hallamos ante un elaborado fresco neorrealista, a mitad de camino entre la novela histórica y el relato social, con aditamentos dramáticos de la novela gótica de fantasmas, de la que apenas perviven esos muertos que le susurran al depresivo policía. La mezcla, de signo posmoderno, conjuga el recurso al folletín con el costumbrismo de la novela realista y el regusto por lo macabro. Un relato minucioso de la vida cotidiana de los personajes hasta configurar un mosaico circular del mundo íntimo del detective y su época. Como ya se atisba en el Wallander de Man-kell. El lector está deseoso de conocer las relaciones del ayudante Maione con el travestido y confidente Nenita. Los amores del Ricciardi con la vecina que espía a hurtadillas y los avances de la despampanante viuda del cantante de ópera, asesinado en la primera novela, que lo persigue hasta conseguir un perturbador beso en la boca. Pasiones oscuras, asesinatos, revelaciones y secretos culpables, herederas del romance decimonónico.
Aunque parezca alejado, este relato, denso y parsimonioso, de una lentitud litúrgica, tiene su correlato en las series televisivas realista como «The Wire» o el drama de época «Mad Men».
A escala natural
En todos ellas, el tiempo parece detenerse en instantes y peripecias que congelan la historia a través de una multitud de personajes y tramas que buscan configurar un universo de ficción casi a escala natural. La diferencia es que De Giovanni se muestra bastante más tradicional en lo literario, menos ambicioso en lo conceptual, pero igual de perfeccionista en su faceta formal, pues sigue anclado en la novela policiaca europea de inspiración progre, a la que, en este caso, no hay que escatimarle elogios.