Pichon-Varin comparte piso con abuelos
Sensato y tranquilo, y aunque tan emotivo como el abuelito que preside la portada de su primera novela, «Se busca abuelo para compartir piso» (Planeta), Vincent Pichon-Varin es notoriamente más joven que él. Nació en París hace 42 años, y ha dedicado veinte de ellos a trabajar en una editorial de libros ilustrados. Aficionado a la observación desde su niñez, con su primer trabajo ha intentado agrupar todo aquello que le ha llamado la atención año tras año, aplicando los cinco sentidos a todo lo que hacía, tanto lo nuevo, como lo conocido; de ahí la idea de que seis ancianos decidan aplicar una técnica tan veinteañera como compartir piso.
Honorine, Jean, Paul, Blanche, Kathy y Mónica son los protagonistas de esta historia divertida que narra la vida en común de seis espíritus libres con los que Pichon-Varin quiere enseñar «que hay una solución para no sufrir la soledad en la vejez, ya que seguir activos al final de nuestra vida supone el motor para continuar nuestros días con salud y con alegría».
Este francés piensa que «se tendría que organizar el futuro para intentar terminar compartiendo piso, también como solución a los recortes de las pensiones». Según dice, ha intentado transmitir su visión y su «espirítu como hombre de 42 años a un anciano de 80, y creo que lo fundamental a esa edad es estar activo». Y es que su obra gira en torno a prototipos muy poco frecuentes. La vejez es un tema tabú, ya que «tenemos sobrevalorada la juventud, nos da miedo ser ancianos porque reconocemos la muerte», afirma, y defiende ferozmente que se puede ser «un hombre mayor y alegre», precisamente como el de la portada de su «niño mimado», así define a su primera creación, que, por cierto, ya tiene segunda parte.