Que aproveche
Somos lo que comemos y somos, también, lo que queda después de haber estado comiendo durante tantos años. Que lo diga, por ejemplo, el narrador de «Comí», una novela a mitad de camino entre el ensayo, la rareza y la reflexión y en la que Martín Caparrós analiza la relación que la sociedad ha establecido con un hecho tan esencial como el hecho de comer.
«Digamos, para mantener cierta prudencia necesaria, 59.000 comidas», afirma el narrador de «Comí», como si la cifra fuera el promedio de lo que una persona de alrededor de cincuenta años ha comido a lo largo de su vida. Es que él, en tres días, deberá someterse a una operación, con lo cual, para hacerlo, primero tiene que quitarse de su organismo casi todo lo que ha entrado por su boca y ha llegado hasta su estómago e intestinos. Es decir: nada menos que unas 59.000 comidas.
El resultado es una novela que se nos antoja un punto extraña, que vale más por su tema que por la trama que lo sostiene. Porque el narrador, que en su juventud, algunos años atrás, ya se dedicó al periodismo gastronómico, aprovechará esos días para recorrer su vida y su propio pasado como comensal. Un recorrido que lo lleva a analizar y a poner en tela de juicio una cultura, la del comer, en la que están implicados «la máquina médica», la industria comestible y una sociedad que, mientras come, es sobrealimentada.