Lisboa

Tras el asesino de Martin Luther King

Tras el asesino de Martin Luther King
Tras el asesino de Martin Luther Kinglarazon

La narrativa de Muñoz Molina no se limita a la descripción de unos hechos o a la composición de unos caracteres psicológicos, sino que muestra una lograda voluntad renovadora del género novelístico profundizando en las innovaciones estructurales que pueden afectar al arte de contar una historia. «Como la sombra que se va» es una obra generada por la simbiosis entre la crónica íntima del autor y el periplo personal de James Earl Ray, quien asesinara en 1968 a Martin Luther King. Durante dos meses, este racista confeso recorrerá varios países hasta su detención en Londres; recalará en Lisboa unos días y será el nexo de unión con Muñoz Molina, quien años después recorrerá sus calles en busca de localizaciones que posibiliten la escritura de «El invierno en Lisboa». Coincidencias aparte, la tesis de este relato es que el pasado debe ser recuperado con la clara implicación civil del respeto a los derechos humanos y una impecable mentalidad democrática.

Tono documental

En un acentuado tono documental, con «A sangre fría» de Capote como referente, se va desgranado la identidad clandestina del hostigado huido, junto a la conformación vocacional del escritor que experimenta, en la capital portuguesa, la catarsis de una clara opción profesional. La alternancia entre fabulación y realidad marca esta historia en la que lo autobiográfico se combina con los avatares de otra vida: «Escribir ficción es ver el mundo por los ojos de otro, oírlo con otros oídos. (pág. 100). La densidad de la acción se enriquece con ingredientes como la sombra de la conspiración criminal, la metodología visual utilizada por el novelista en sus primeras obras, la incidencia en éstas del jazz –genial semblanza de Tete Montoliú–, el cine, la música de películas o la figuración simbólica de James Bond, este sí «con licencia para matar». Es una novela de trabajada ambientación. El autor ha consultado documentos forenses originales, declaraciones testificales y la prensa de la época, lo que refuerza la impresión del paso del tiempo que marca la obra: «Mis días son como la sombra que se va...», reza el salmo bíblico que da título al libro en una meditada reflexión sobre la influencia del ayer en el presente de cada cual; calculado cruce identitario en una subyugante historia.