
Sección patrocinada por 
Libros
1,63 metros de dignidad, cero de victimismo
Abraham Boba, cantante dela banda León Benavente, aborda en un libro las circunstancias de ser una persona de baja estatura: "No recuerdo haber sufrido nunca violencia de ningún tipo por ello" asegura

En la vida te tocan las cartas que sean y con eso sales a jugar. Hay quien se obstina en autocompadecerse, otros prefieren echar una partida. A Abraham Boba le tocaron de mano 1,63 metros de estatura, realidad con la que lleva lidiando toda la vida y que no le ha impedido ser una estrella del rock español al frente de León Benavente... aunque sí ver el mundo desde otra perspectiva, con ciertas connotaciones: «Altura y elevación están cerca. Bajeza es un hecho vil, ruin, mezquino. Bajura es falta de elevación. (...) Pocas cosas en las que “bajo” se asocie a algo positivo», escribe en su último libro, «163 centímetros» (Arrebato), en el que reflexiona acerca de su naturaleza, un ensayo que se desborda hacia una autobiografía con una premisa: «Es autorreferencial, sí, pero no habla solo a personas de mi estatura, en absoluto. Lo que no va a encontrar nadie es un ápice de victimismo, porque yo no recuerdo haber sentido ningún tipo violencia contra mí por el hecho de medir poco», dice Boba.
Cuando el músico revelaba el libro en el que estaba trabajando solía recibir la misma reacción. «La primera respuesta de la gente era reírse –dice sin ápice de amargura–. Pero lo entiendo: los hombres somos los primeros que nos avergonzamos de nuestra estatura», reconoce. En un mundo cada vez más sensible contra la gordofobia o los «cuerpos no normativos», quizá sea un asunto por el que se ha pasado por alto. «Creo que no está todavía en el discurso de lo mal visto, no se habla de ello. En cierta manera era abrir ese melón que yo tampoco sabía hacia dónde me iba a llevar», admite Boba, quien, como no pocas personas de corta estatura, tomó una decisión kamikaze: jugar al baloncesto. «A mí el fútbol no me gustaba y se me daba bastante bien jugar a baloncesto, la verdad. Pero aquí el problema no era jugar bien o jugar mal, era que directamente había una característica física que te alejaba de la cancha. Pienso que ese tipo de cosas son las que han forjado el carácter, la persona que soy. Que haya estado jugando a baloncesto y empecinándome durante muchos años en que en que esa iba a ser mi forma de vivir y luego darme de bruces... es justo lo que me pasó con la música también». De fracaso en fracaso hasta la victoria final.
En su libro, Boba habla del complejo napoleónico, a saber: «narcisismo, maquiavelismo, psicopatía y tendencia a los pensamientos negativos y agresivos». A él se lo asoció su terapeuta. «Sí que lo hizo. Es cierto que, toda mi vida y sobre todo durante un tiempo, he tenido un genio bastante bueno. Iba, digamos, con el cuchillo entre los dientes. Hay algo de mi manera de estar en el mundo con estas características físicas que hacen que tu forma de ver la vida sea otra distinta a la de una persona que está en un cuerpo normativo. Quizá eso pues haya influido a nivel psicológico, no lo sé, tampoco me atrevería a decirlo». Bueno, ser maquiavélico y tener algo de mal genio no puede decirse que sea malo en estos tiempos. «A mí tampoco me lo parece, pero trato de corregirme. Eso sí: a lo largo de mi vida, mi carácter me ha ayudado en muchos momentos y circunstancias».
✕
Accede a tu cuenta para comentar


