Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

Asturias celebra la poesía en su Día Mundial

Hoy se celebra esta efeméride que y en la era de la inteligencia artificial, celebramos el verso y sus creadores
Antonio Machado
Antonio MachadoLa RazónLa Razón
La Razón

Creada:

Última actualización:

Y así de cierto es, porque Asturias es un pueblo amante de la concordia, amante de la belleza, amante del sentimiento estético; Asturias es emoción, es reflexión, es musicalidad, como bien dijo en su día Wiliam Shakespeare, «poesía es la música que cada ser humano lleva en su interior.» . Asturias es un pueblo valiente, sin miedos, sin temores; y la poesía –a veces, a lo largo de su historia– ha servido hasta de revulsivo de resistencia y protesta, como muchos poetas lo han venido manifestando y a la par utilizando, cuando en sus versos expresaban y expresan su descontento con la injusticia social o en la lucha por un cambio mejor en la sociedad en la cual vivimos. Así, en definitiva son, Asturias y la poesía. En la era de la inteligencia artificial y la biología sintética, Asturias permanece expectante ante el profundo cambio por llegar. Habrá algo que no varíe, no obstante; será la imperiosa necesidad de versos, como lleva ya preconizando Graciano García –nuestro presidente en Asturias, Capital Mundial de la Poesía –cuando dice cada vez que puede o las circunstancias se lo permiten: «Al mundo le faltan versos». Y es que solo un ser humano, alguien con alma como es el caso, a través de la poesía tendrá la capacidad de despertar emociones y transmitir sentimientos de una manera única, pudiendo los poemas evocar alegría, tristeza, amor, esperanza o cualquier otra emoción humana, siempre con alma, cosa desde luego –hoy por hoy– que sería imposible de conseguir por mucha inteligencia artificial de la que se dispusiera.
[[H2:«La unión de dos palabras»]]
Algún misterio habría de tener la poesía. Ya lo decía el poeta, en este caso Lorca: «Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio»; o Benedetti, cuando menta al alma en su definición: «Por más que la industria editorial considere la poesía como la gran Cenicienta de la literatura, siempre será la verdadera alma del mundo».
Que nunca falte la comunicación humana con calor humano, verdaderos testigos de la verdad, bondad y belleza –objetivos estos de toda la gente buena– y que la poesía se convierta, definitivamente, en la alta expresión de los mismos. Asturias quiere ser, Asturias es la capital mundial de la poesía. Porque «Asturias ama la poesía». Ningún pueblo en el mundo entero se ha levantado reclamando esa capitalidad que hoy Asturias proclama. Porque cerca ya de las 25.000 almas –asturianas unas, otras de sentimiento– apoyan y refrendan con sus nombres esta obra, cuyo santo y seña –bien pudiera decirse– gira en torno a las palabras, aunque pudiera sonar redundante, de «poesía y Asturias».
Cuando en lenguaje poético se habla de «belleza» se está hablando –entre otras cosas– de generar un sentimiento de paz, eso precisamente de lo que el mundo, hoy en día, está tan carente. La belleza que irradia la poesía es capaz de transformar momentos tan sumamente crueles como los que se viven en plena vorágine de una guerra, y trocarlos en sensatez, en calma, en reflexión, en una mejor solución que, desde luego, matarse a tiros y bombas. De eso y más es capaz la poesía. Algunos pensarán que lo comentado no deja de tener ciertos tintes demagógicos al ser la guerra un tema tan especialmente delicado y difícil de comprender, pero nada más alejado de la realidad. Tan sólo el mundo debiera de pararse unos instantes y simplemente escuchar: escuchar el silencio e intentar formar parte de él; ahí, ahí precisamente está la belleza, ahí precisamente nacen los versos, ahí nace la poesía. En nuestra obra, en «Asturias capital mundial de la poesía» que, como bien todos saben, un día iniciara el inefable periodista asturiano Graciano García, «inventor» igualmente de los hoy internacionalmente conocidos Premios Princesa de Asturias, han confluido y confluyen muchos apoyos, tanto a nivel personal como empresarial, que se pueden comprobar en nuestra página web www.asturiascapitalmundialdelapoesia.com donde además –por cierto– podrán ustedes darse de alta como socios fundadores de esta peculiar iniciativa. Empresas del relieve de El Corte Inglés la apoyan de manera incondicional y desde prácticamente el embrión de la misma –según Graciano me tiene comentado alguna vez– como cuando compartió esta idea con su amigo del alma Isidoro Álvarez, de la firma comercial antes mencionada, y éste le brindó su apoyo incondicional para su desarrollo y de lo cual Graciano tan orgulloso se siente y manifiesta cada vez que tiene oportunidad.
Es notoriamente manifiesto hoy, día en el cual celebramos en el mundo entero el de la poesía, cómo los centros comerciales de El Corte Inglés se visten de gala durante unos días, luciendo, a su modo, nuestra imagen en sus escaparates y demás lugares donde se pueda celebrar determinada actividad relacionada, siempre, con la poesía. Al hacer mención a esta firma comercial, no quiero olvidar a otras colaboradoras por supuesto, pero es tan importante el apoyo y tal el grado de compromiso que he querido destacar con su nombre explícitamente en este periódico la tal colaboración.
Muchas gracias a todas esas empresas y personas que cada año se vuelcan con nosotros en todo tipo de colaboración de manera tan desinteresada. Y gracias especiales a este diario, LA RAZÓN, por su inmensa generosidad con nosotros cada año. Esta vez, si les parece, terminaremos este artículo con la belleza, nostalgia y embrujo que encubrieron –en una parte de su vida– la amargura y el dolor que en su día padeció el maestro de maestros en esto de la poesía: el ilustre poeta Antonio Machado, cuando cierta vez escribió un precioso soneto que se reproduce en el centro de esta página. Y, ya saben, «Asturias ama la poesía».
"Soneto a Guiomar"
De mar a mar entre los dos la guerra,
más honda que la mar. En mi parterre,
miro a la mar que el horizonte cierra.
Tú, asomada, Guiomar, a un finisterre,
miras hacia otro mar, la mar de España
que Camoens cantara, tenebrosa.
Acaso a ti mi ausencia te acompaña.
A mí me duele tu recuerdo, diosa.
La guerra dio al amor el tajo fuerte.
Y es la total angustia de la muerte,
con la sombra infecunda de tu llama
y la sonada miel de amor tardío,
y la flor imposible de la rama
que ha sentido del hacha, el corte frío.

Archivado en: