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Polémica

María Pombo abre el debate: especialistas responden si la lectura cambia a las personas

Numerosos estudios analizan cómo leer puede influir en la empatía, la concentración y la inteligencia emocional

María Pombo con chaqueta de ante marrón y top blanco en un retrato de estilo otoñal.
María Pombo confirma "que hay gente que se cree superior por leer libros"@mariapombo

La lectura no solo constituye un hábito recreativo; diversos estudios sugieren que posee múltiples beneficios cognitivos y sociales, a diferencia de lo que sugiere la influencer María Pombo. Como señalan los especialistas, leer es “tecnología para acceder a otros puntos de vista” (Pinker, Los ángeles que llevamos dentro), lo que facilita la empatía y la comprensión de perspectivas ajenas. La ficción, en particular, permite experimentar emociones y pensamientos de personajes diversos, lo que según Frazzetto (Cómosentimos) ayuda a comprender los sentimientos y pensamientos de otros, independientemente de su realidad objetiva.

El solapamiento entre las redes cerebrales utilizadas para entender historias y aquellas que intervienen en la interacción social ha sido documentado por el New York Times, citando varios estudios: “Los individuos que leen ficción a menudo parecen mejores a la hora de entender a otra gente, empatizar con ellos y ver el mundo desde su perspectiva”. Este efecto se confirma en investigaciones como la de David Comer Kidd (The Guardian), quien sostiene que “usamos los mismos procesos psicológicos para entender la ficción y las situaciones reales”, posicionando la lectura como una forma de experiencia social simulada.

En términos de cognición, la lectura activa múltiples funciones cerebrales. Natalie Phillips, mediante resonancias magnéticas, observó un “incremento sustancial e inesperado en el flujo sanguíneo en el cerebro” durante la lectura atenta, especialmente en áreas asociadas con la función ejecutiva. Mayanne Wolf destaca que este tipo de lectura favorece el pensamiento analítico, la concentración y la memoria de trabajo. Además, estudios sobre desarrollo infantil, como los de Susan Greenfield, Cunningham y Stanovich, muestran que leer desde edades tempranas mejora la atención, la comprensión lectora y el vocabulario, mientras que investigaciones del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati reportan mayor actividad cerebral en niños a quienes se les lee cuentos regularmente.

Los beneficios de la lectura incluyen también la relajación. Un estudio de la Universidad de Sussex indica que leer reduce el estrés más eficazmente que escuchar música, caminar o tomar una bebida caliente. Aunque los libros electrónicos presentan pequeñas diferencias cognitivas frente al papel, como menor facilidad para ubicar la información en la página, su uso no limita los efectos positivos de la lectura, requiriéndose únicamente un período de adaptación.

Finalmente, la lectura influye en la inteligencia emocional y social. Hurley (Smarter: The New Science of Building Brain) afirma que leer incrementa la capacidad de comprensión, solución de problemas y detección de patrones, mientras que Miller, psicólogo evolutivo, argumenta que “rasgos como el lenguaje, el humor y la inteligencia han evolucionado en ambos sexos porque son sexualmente atractivos”, lo que vincula la lectura con atributos valorados social y emocionalmente. En conjunto, la evidencia respalda la lectura como una práctica que va más allá del placer, actuando como herramienta de desarrollo cognitivo, emocional y social.