Nueve años de la cremación de Rafael Chirbes en la orilla mediterránea

El tiempo nos atosiga. Hace ya casi una década que perdimos al gran escritor Rafael Chirbes: para la literatura y para la vida.

El novelista valenciano murió el 15 de agosto de 2015, con sólo 66 años, a causa de un cáncer de pulmón detectado súbitamente en su retirada casa de Beniarbeig, en la falda de la alicantina sierra de Segaria, no lejos de la orilla de su querido mar Mediterráneo.

Nacido el 27 de junio de 1949, huérfano de padre, pasó por diferentes orfelinatos castellanos hasta estudiar Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid. Vivió la resaca del mayo del 68 en París.

Además de crítico gastronómico, Chirbes fue profesor en Fez (Marruecos), además de ejercer la docencia en diferentes municipios españoles.

Se estrenó como novelista en 1988, a los 38 años de edad, con una obra de resonancias marroquíes, 'Mimoum', con la que llegó a ser finalista del Premio Herralde. Desde entonces, toda su actividad literaria quedaría vinculada a la editorial Anagrama.

En el gozne de cambio de siglo y milenio publicó la trilogía sobre la sociedad española, de la posguerra a la transición: 'La larga marcha', 'La caída de Madrid' y 'Los viejos amigos'.

Pero, sin duda, el gran éxito le llegaría con sus dos últimas novelas publicadas con vida, en las que saca a relucir ese realismo crudo, esa crítica social y ese pesimismo tan característicos del autor: 'Crematorio', en 2007, que fue llevada con éxito a la pequeña pantalla; y, sobre todo, 'En la orilla', crudísimo relato publicado en 2013 por el que recibió múltiples premios: entre ellos el de la Crítica y el Nacional de Narrativa.

Póstumamente, se publicó su novela 'París-Austerlitz' y sus diarios 'A ratos perdidos', dívididos en seis tomos y tres entregas: 1 y 2 (2021), 2 y 3 (2022) y 3 y 4 (2023).