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Lorca, el amor que no se dice

El ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife presenta “Lorca y la pasión”, basado en cuatro obras del poeta

Marina Heredia
Marina Heredialarazon

El flamenco ha cantado a Lorca por activa y por pasiva, por tangos y por bulerías. La decimoctava edición del ciclo “Lorca y los jardines del Generalife” arranca el 18 de julio con “Lorca y la pasión. Un mar de sueños”, un montaje flamenco creado por Marina Heredia, con guión y dirección escénica de Rosario Pardo y Eva Yerbabuena, que toma cuatro fragmentos de algunas obras del poeta de Granada para construir un discurso en torno al amor en sus diversas facetas. “El amor en Lorca lo es absolutamente todo en su obra poética y dramática. Casi es capaz de escribir de todos los tipos posibles del amor, hasta del amor que no se dice”, comenta Mariano Sánchez Pantoja, coordinador del ciclo.

El montaje protagonista de esta edición, titulado “Lorca y la Pasión” toma 4 obras, “El Público”, “Mariana Pineda”, “Así que pasen 5 años” y “La Casa de Bernarda” Alba articuladas sobre la idea del amor femenino en el mundo del autor granadino, a través de fragmentos que son muy diferentes entre sí y que representan distintas facetas del amor según el poeta. “Eso es lo que le da coherencia y unidad al montaje, su visión distinta del amor. Pero en realidad, a mí me obliga a cambiar muchas veces de registro”, explica Marina Heredia, que asegura que el cante lleva el peso del montaje, al contrario de lo que es habitual en otras adaptaciones.

“Hay distintas formas del amor. Primero, el que siente a la libertad que buscaba Mariana Pineda. O el sentimiento infantil e inocente de Julieta en “El publico”, o el más complejo y ambivalente de Adela en “La casa de Bernarda Alba””, explica Heredia, que decidió coger dos sus obras más populares y dos más surrealistas, menos fáciles de entender.

También es un amor que se opone a la agresividad e incluso violencia masculina. “Yo creo que a Lorca le gustaría saber que hoy se puede disfrutar de un amor más libre. Él era enemigo de las injusticias, y de hecho fue víctima de ella”, comenta la cantaora. Sin embargo, todavía perviven unas formas antiguas y posesivas del amor. “La culpa la tenemos los padres, que somos los que les damos educación. Yo creo que de este montaje la gente pude entender que no todo el mundo es igual, pero que a cada uno hay que permitirle ser libre, que hay que darle lo que necesite. El amor no se impone”, explica Heredia.