Cultura

Los otros McCartney y Lennon: Los descendientes

Sean Ono Lennon y James McCartney son los hijos de John Lennon y Paul McCartney, aquellos muchachos que convirtieron la música en una prolongación de la histeria

Sean Ono Lennon y James McCartney, en una foto que se ha hecho viral en las redes
Sean Ono Lennon y James McCartney, en una foto que se ha hecho viral en las redeslarazon

Sean Ono Lennon y James McCartney son los hijos de John Lennon y Paul McCartney, aquellos muchachos que convirtieron la música en una prolongación de la histeria.

Los chicos de arriba no son los ingenieros del «Hyperloop» ni tampoco los nuevos protagonistas de «The Big Bang Theory», a pesar del aire de fricazos que calzan, sino Sean Ono Lennon y James McCartney, los hijos de John Lennon y Paul McCartney, ya saben aquellos muchachos que convirtieron la música en una prolongación de la histeria. Sus rostros comerciales aportaron una nueva dimensión a la manida expresión de «icono cultural», desplazando en ventas de camisetas y otras tantas reliquias comerciales a aquel comandante con aspecto de nazareno. «The Beatles», que no participaron en ninguna revolución, cubana o no, pero aportaron caminos imprescindibles a la música pop, rubricaron unos álbumes de éxitos inmaculados y se apuntaron el mérito de brindar un concierto en la Plaza de las Ventas durante el franquismo, que contó con más presencia de «grises» y caballos de la pasma que de público real –si se reunieran a todas las personas que juran haber presenciado la actuación saldría un recinto cinco veces mayor que el del coso taurino, pero eso es otra historia–. Ahora que Mark David Chapman, asesino de John Lennon y devoto lector de J. D. Salinger, entre otras excelencias curriculares, va a solicitar por décima vez a las autoridades penitenciarias de Nueva York que le concedan la libertad, asoma por las redes sociales, y se ha hecho viral, por supuesto, no seamos ingenuos, una instantánea de los ínclitos descendientes, que, también son músicos (de tal palo, tal astilla), espabilando de la pereza estival a tanto fan adormilado. En esta sociedad de acentuadas nostalgias, que hoy hasta los recién nacidos vienen con el espíritu contagiado de «saudade», la evocación de los mitos resulta suficiente para sonreír, lo que ya resulta triste. Mientras Sean Ono Lennon, de quien no es necesario mencionar quién era su madre, ¿verdad?, trae un «look» muy «retro», quizá algo «gafapastas», que emula bien el viento jipi que oreó su progenitor, James McCartney se ha colgado de la pechera una guitarra para no dar tanto la nota, que en el rostro ya se le transparentan los ancestros. Y es que lo más admirado de la imagen son los «parecidos sorprendentes», porque son pocos los que esperan que los chavales firmen temazos de la altura de «Hey Jude», «Don’t Let me Down» o «Penny Lane». Aunque por soñar...