Madrid vuelve a irse de verbena
El Teatro de la Zarzuela presenta "La verbena de la Paloma", un sainete lírico con música de Tomás Bretón
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Si hiciésemos una encuesta sobre cuál es la obra más famosa y popular del mal llamado género chico, seguramente “La verbena de la Paloma”, ganaría por goleada, la Casta y la Susana, don Hilarión, don Julián, don Sebastián, la “señá” Rita…personajes entrañables que en una calurosa noche madrileña del 15 de agosto se debaten entre devaneos amorosos y los celos que afloran mientras celebran la festividad de la Virgen de la Paloma.
Compuesta por Tomás Bretón (Salamanca, 1850-Madrid, 1923) con libreto de Ricardo de la Vega, “La verbena de la Paloma”, fue estrenada en el desaparecido Teatro de Apolo el 17 de febrero de 1894 y cuatro años después, en 1998, subía por primera vez al escenario del Teatro de la Zarzuela, donde llega ahora, con 14 funciones del 8 al 25 de mayo, en una nueva producción con la dirección de escena y coreografía de Nuria Castejón, la dirección musical del maestro José Miguel Pérez-Sierra y una novedad, el prólogo cómico-lírico, “Adiós, Apolo”, escrito por Álvaro Tato, como homenaje a los muchos artistas que hicieron del Teatro de Apolo la catedral del género chico; entre ellos, los padres de la familia Castejón, los inolvidables Pepa Rosado y Rafael Castejón, creadores de una saga familiar que es historia viva de la zarzuela.
“El teatro Apolo ha estado siempre presente en mi casa, desde pequeños nos hablaban de él, de qué se hacía, que se estrenó allí y cómo desapareció -explica la directora- y poder rendirle un homenaje a él es hacerlo a mis padres y a todos los cómicos antiguos. Se trata de una compañía muy divertida, donde tiples, vicetiples, bailarines, actores cómicos…están en el Apolo ensayando “La Verbena de la Paloma”, por eso, todos ellos son un personaje en la primera parte y otros diferente en la segunda haciendo la obra completa tal cual la escribió Bretón”.
Para, Álvaro Tato, autor del prólogo, “la pieza pretende ser un sainete cómico-lírico en un cuadro y un soneto, intentado remedar esos largos títulos de la época y, efectivamente, es una carta de amor a un género, a una profesión y a un lugar, ese emblema del género que fue el Apolo, gran rival de la Zarzuela, que murió fruto de la especulación y aquí homenajeamos con gotas de ironía, sarcasmo y sorna, pero sobre todo, con muchísimo amor a un mundo que ya por entonces era crepuscular -señala-. Estamos en su última función, 30 de junio de 1929 y toda esta troupe sabe que es el final, que un mundo termina con ellos, y la verbena es una fiesta, pero también una despedida”.
Por otro lado, para el dramaturgo, “más que un texto, una partitura o una pieza cómico-lírico-teatral, “La Verbena de la Paloma” es un espíritu, una forma de ser y de estar en el mundo, de sentir la música y nuestra herencia y de alguna manera, ser depositarios de esa tradición, seguirla, disfrutarla y reinventarla cada vez que se representa, es una responsabilidad –explica Tato-, ese es un espíritu que queremos trasladar, la forma de ser de un Madrid real, pero también soñado, porque creo que esta pieza es una celebración de lo colectivo y popular, la demostración de que la vida es una verbena”.
Para el nuevo director musical, el maestro José Miguel Pérez-Sierra, éste será su debut como titular del coliseo. Como madrileño que ha crecido en los palcos de este teatro, manifiesta su devoción por la zarzuela y en especial por este título tan emblemático y por su autor. Para él, “La verbena de la Paloma’ “es una obra maestra que conjuga lo folclórico, lo popular y lo culto de una manera que podemos encontrar en pocas partituras, y dirigirla tiene sus dificultades -manifiesta-. Bretón es un músico enorme, sabemos de su amor por la música centroeuropea, de su obsesión por Wagner y su influencia en él, por eso es una de las zarzuelas más complicadas de dirigir, porque es de las más complejas y ricas musicalmente. El compositor salmantino afronta en ella el desafío de hacer una obra profundamente popular con raíces del folclore madrileño, enlazado todo de una manera magistral. Ese es el secreto de la enorme acogida de esta obra desde su primera función, de que después de 130 años del estreno mantenga su frescura y jovialidad y el público la siga recibiendo siempre con renovado entusiasmo, como el regalo que es”, afirma.
En el reparto, Antonio Comas (Don Hilarión), Borja Quiza (Julián), Milagros Martín (Señá Rita), Carmen Romeu (Susana), Ana San Martín (Casta), Gerardo López (Don Sebastián), Gurutze Beitia (Tía Antonia), Rafa Castejón (Tabernero), José Luis Martínez (Inspector), Sara Salado (cantaora) y Ramón Grau (pianista), entre otros. Jesús Castejón pone la voz a la emisión de radio, y junto a ellos, el Coro Titular del Teatro de la Zarzuela dirigido por Antonio Fauró.