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El manuscrito de Napoleón de un millón de euros

Una librería francesa ofrece las páginas que escribió el emperador sobre la batalla de Austerlitz
Napoleón, en un cuadro de Andrea Appiani de 1805.
Napoleón, en un cuadro de Andrea Appiani de 1805.larazon
  • Víctor Fernández está en LA RAZÓN desde que publicó su primer artículo en diciembre de 1999. Periodista cultural y otras cosas en forma de libro, como comisario de exposiciones o editor de Lorca, Dalí, Pla, Machado o Hernández.

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El 2 de diciembre de 1805, cerca de la localidad de Slavkov u Brna, por aquel entonces conocida como Austerlitz, tuvo lugar una de esas grandes batallas decisivas para la historia de Europa. Fue uno de los mayores triunfos militares de Napoleón Bonaparte quien logró aplastar a las tropas de la llamada coalición ruso-austriaca pese a que estas eran superiores en hombres y cañones a las francesas. Los sucesos de ese día descubrieron que Napoleón era un gran estratega, uno de los mejores de su tiempo.
De todo ello se ha escrito mucho, pero lo más importante siempre es ir a las fuentes originales, en este caso al gran protagonista de los hechos como es el emperador francés. Un establecimiento parisino, “Arts et Autographes”, ofrece desde hace unos años por un millón de euros las anotaciones manuscritas de Napoleón respecto a lo sucedido en Austerlitz. Todavía no ha encontrado comprador, pese a que los responsables de la galería aseguran y con razón que estamos ante un documento histórico de primer nivel.
La carpeta llamada “Austerlitz” contiene un mapa realizado por el general Bertrand, el mismo que se encargó de recoger las palabras que le dictó Napoleón sobre la batalla. El mismo emperador, ya derrotado y desterrado en la isla de Santa Elena, se encargó de corregir a mano las 74 cuartillas con sus impresiones sobre los hechos.
El manuscrito comienza, bajo el dictado de Napoleón, con el relato de los primeros meses de la campaña que traerá consigo las batallas de Donauwörth, Wertingen, Gunzburg, Memmingen, Elchigen, Nerenstetten, Neresheim, Ulm, Ried, Lambach, Steyer, Amstetten, Dürenstein, la toma de Viena, Hollabrunn, Wischau hasta llegar a la batalla de Austerlitz.
Un ejemplo de cómo es el manuscrito y la manera en la que Bertrand y Napoleón trabajaron en él lo representa este fragmento. El general escribe, sobre la preparación de lo que iba a ser la inminente batalla, que “se habría colocado entre dos cuerpos de ejército y habría tenido 30.000 hombres más en sus manos que en la batalla de Austerlitz. Cualquier marcha atrás retrasaba la batalla un día y cada día de retraso reunía al ejército francés y ponía al ejército ruso en una posición más crítica”. En esta página, Napoleón, ya en Santa Elena y haciendo memoria, añadía un detalle histórico de su puño y letra: “Incluso avanzó tanto con poca gente que el piquete de su retaguardia fue cargado por los cosacos”.
En otro pasaje del manuscrito podemos leer que “el Emperador, por lo tanto, eligió un campo de batalla y resolvió esperar al enemigo allí. Seguro de ser reforzado durante el día 10 por el cuerpo de los mariscales Davout y Bernadotte, luego pasó el desfiladero de Bellovitz a la división de Suchet y lo reemplazó por la división del general Caffarelli. Durante el día 9, atravesó todas las mesetas entre Aujezd, Pratzen y Girikowitz. Incluso avanzó tan lejos con poca gente que el piquete de su escolta fue cargado por los cosacos. Si quisiera, dice el Emperador, impedir que el enemigo torciera mi derecha, me colocaría en estas hermosas alturas, pero sólo tendría una batalla ordinaria, con la ventaja del puesto”.