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Contracultura

Maternidad subrogada: hipocresía, electoralismo y revistas del corazón

La reciente maternidad de Ana Obregón mediante un procedimiento de gestación subrogada ha disparado los resortes de la izquierda tras el fiasco del "Solo sí es sí"

Ana Obregón
Actress Ana Obregon at photocall for Multiopticas.GTRES

La maternidad de Ana Obregón, a la provecta edad de 68 años y mediante maternidad subrogada, ha puesto sobre la mesa de la conversación pública uno de esos debates espinosos que consiguen el insólito abrazo en la condena de las posturas ideológicas más extremas y, normalmente, encontradas. Como si fuese la primera vez que se hace o lo hubiese inventado ella. Siendo un tema complejo este, que debería ser abordado en toda su profundidad y amplitud (desde lo jurídico a lo moral, pasando por lo filosófico y lo ético), nos encontramos sin embargo con un tratamiento superficial, juicios someros y apresurados y lugares comunes camuflados de reflexión y argumento. No tendría mayor problema ese trato amarillista y precipitadamente intuitivo por parte de la ciudadanía, teniendo en cuenta que se está hablando de la portada de una revista del corazón, si no fuera porque se ve acompañado por el mismo trato desde una parte de la clase política que parece pretender legislar a golpe de «¡Hola!», instrumentalizando emociones con fines presumiblemente electoralistas.

Viñeta
Viñeta Jae Tanaka

La tribu ideológica

«Actualmente, la izquierda española carece de perfiles políticos para afrontar debates complejos», explica el politólogo y escritor Juan Milián, autor de «El proceso español» y de «¡Liberaos!, el fracaso de la política de la indignación y el retorno de la responsabilidad», a la venta a partir del próximo 12 de abril. «Y la gestación subrogada es uno de ellos. Están mucho más preparados para la propaganda que para legislar sobre cuestiones en las que nuevas tecnologías generan dilemas éticas, como en este caso», asegura Milián. «Lo que ha ocurrido en el caso de Ana Obregón», interviene el periodista Luis del Pino, «es que aquí hay una parte de la izquierda que ha visto la oportunidad de arremeter contra ella por haberse atrevido a denunciar públicamente que la Ley del ‘‘Solo sí es sí’’ ha puesto en la calle a agresores sexuales». «Su hipocresía es descarada», añade Milian a esto.

"Si Obregón fuera de izquierdas declarada, dirían que criticarla es machismo"

Juan Milian

«No les importa tanto el qué, sino el quién y, sobre todo, a qué tribu ideológica perteneces. En el debate sobre la subrogada, si Obregón fuera una izquierdista declarada, la considerarían mujer y cualquier crítica sería tachada de machismo redomado. Priorizan la política de la confrontación simplista, de lo emocional, desde la prensa rosa a la crónica de sucesos, y sacrifican el debate de fondo y la calidad de la legislación. La ley del ‘‘Solo sí es sí’’ es un ejemplo y también lo es la ‘‘ley trans’’, que tiene un planteamiento anti-empírico que puede provocar muchas víctimas. Esta izquierda populista se basa en las emociones negativas contra una parte de la población, no en el debate o el reformismo sensato».

Mercantilismo y moral

"La gestación subrogada", añade Luis del Pino, "no es más que el sistema por el cual unos padres pueden aportar a través de un laboratorio un óvulo fecundado que luego se implanta en una mujer que de manera altruista o cobrando por ello se ofrece para actuar como incubadora de ese niño. Esa madre gestante no es la madre biológica, su papel es, estrictamente hablando, el de una incubadora. ¿Es moral esto? Pues es lo que se viene haciendo en las clínicas de fecundación in vitro. Y resuelve una necesidad, que es la de tantos padres que no pueden tener hijos de una manera natural. ¿Es sano y bueno? Pues yo creo que sí, esos padres tienen hijos y esos hijos, una vida y unos padres. De ahí solo sale algo bueno".

Y continúa: "Hay dos sectores que se oponen a este tema y lo hacen por motivos distintos: uno es ese sector de la izquierda, tan feminista, para el cual las mujeres pueden hacer con su cuerpo lo que quieran pero solo si a ellos les parece bien. Es su cuerpo para abortar pero no para dar vida a un niño, por ejemplo. O trabajar como azafata en Fórmula 1, o dedicarse a la prostitución. ¿Qué le pasa a esa izquierda? Pues que está en contra de todo aquello que signifique que una persona pueda utilizar su cuerpo para generar riqueza. Pero es lo mismo que hace un albañil al utilizar la fuerza de su cuerpo para conseguir un salario. Luego hay otro sector que se opone por motivos morales, desde posiciones religiosas, porque considera que la gestación subrogada es una manera de mercantilizar a los niños. Yo creo que este es un razonamiento erróneo: no es distinta de la fecundación in vitro. ¿Es mercantilizar a los niños que unos padres puedan recurrir a un laboratorio para poder tener unos hijos que con normalidad no podrían nacer? Pues gracias a eso, el niño tendrá una vida, lo cual me parece maravilloso. Otros se oponen por miedo a las consecuencias. Y es cierto que toda tecnología abre posibilidades que son terribles. ¿Qué impediría al dictador norcoreano, por ejemplo, crear una granja de soldados mediante esta técnica? Pues nada, pero no tiene sentido prohibir aquí a unos padres tener hijos por gestación subrogada pensando que eso acabará con esa posibilidad. No se gana nada negando las aplicaciones buenas que pueda tener una tecnología por miedo a las malas. Lo que habrá que hacer es poner los medios para regular y que mediante un marco normativo solo sea posible aplicarlas para el bien y se evite que se utilicen para el mal», asegura Luis del Pino.

"La izquierda está en contra de que una persona pueda utilizar su cuerpo para generar riqueza"

Luis Del Pino

"Una buena manera de pensar sobre estas cuestiones", explica Pablo de Lora, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y autor de "Lo sexual es político (y jurídico)" y "El laberinto del género. Sexo, identidad y feminismo", "es calibrar qué creemos que se debe hacer en los casos en que la reproducción es natural. Es decir… ¿qué pasaría, por ejemplo, si Ana Obregón, con 68 años y tras casarse con un chico joven que tiene un bebé de otra relación, este muere en un accidente y ella decide hacerse cargo del bebé y criarlo? ¿Le quitaría el juez la custodia de ese bebé? ¿Nos parecería mal que ejerciese de madre? Pues probablemente no, aunque se dan las mismas circunstancias que se dan ahora y que parecen justificar que no nos parezca correcto que tenga a esta niña. Hay muchos matices, por supuesto. Entre otros que el proceso de adopción está fuertemente intervenido, como debe ser. Pero vale la pena hacer este tipo de esfuerzo reflexivo para tratar de calibrar nuestras intuiciones y no quedarnos en la pura repugnancia o el exabrupto". "De todos modos", añade, "esto no es una novedad, hace ya años que los tribunales de justicia, las salas de lo social, están reconociendo a espuertas las prestaciones de maternidad y paternidad para las parejas comitentes que han ido al extranjero como Ana Obregón. En este caso concreto lo que ocurre es que, si no hay ningún vínculo genético, sí me parece la compra venta de un bebé. Y esto sí me parece que debería estar prohibido. Pero prohibido con todas sus consecuencias, no con nuestras hipocresías habituales", remata De Lora.